La inferencia transitiva es un tipo de conocimiento deductivo. Es la capacidad de ordenar objetos mentalmente y de reconocer las relaciones entre varias cosas en un orden serial.
Durante milenios, se pensó que era una facultad exclusiva de los poderes deductivos humanos, una forma de razonamiento lógico utilizada para hacer inferencias: si A es mayor que B y B es mayor que C, entonces A es mayor que C.
Sin embargo, en las últimas décadas, los animales vertebrados, incluyendo monos, aves y peces, han demostrado la capacidad de usar la inferencia transitiva. Pero se ha descartado que la inferencia transitiva exista en los invertebrados.
Una investigación anterior estableció que las abejas no estaban a la altura de la tarea. Se supone que su pequeño sistema nervioso les impone limitaciones cognitivas que les impiden realizar deducciones lógicas.
Sin embargo, una especie de avispas, conocida como avispa cartonera (Polistes dominula), aunque tiene un sistema nervioso similar al de las abejas, con alrededor de un millón de neuronas, muestra un comportamiento social más complejo.
Por ejemplo, tal como informamos en otro artículo, las avispas cartoneras cooperan entre sí para tener la oportunidad de heredar el trono, si la reina muere.
Esta diferencia entre avispas y abejas ha intrigado a los biólogos y es la que inspiró la nueva investigación, liderada por la bióloga evolucionista de la Universidad de Michigan, Elizabeth Tibbetts: se preguntó si las habilidades sociales de las avispas cartoneras podrían permitirles tener éxito en algunas competencias cognitivas que las abejas no tienen.
Para averiguarlo, Tibbetts y sus colegas se centraron en dos especies comunes de avispas: Polistes dominula o cartonera y Polistes metricus, que muestra comportamientos que incluyen la discriminación entre compañeros de nido y la competencia por una pareja.
Cartoneras listas
En un primer experimento, se sometió a las avispas a una prueba de inferencia transitiva: debían discriminar entre pares de colores, uno de cada par asociado a una leve descarga eléctrica. Aprendieron rápidamente cuáles eran los pares que no provocaban descargas eléctricas.
En una segunda fase, les cambiaron los colores pareados por colores desconocidos. Y aprovecharon la primera experiencia para deducir cuáles pares de colores nuevos no les provocaban descargas eléctricas.
“No tuvieron problemas para darse cuenta de que un color en particular era seguro en algunas situaciones y no en otras”, explica Tibbets en un comunicado.
¿Cómo es posible entonces que avispas y abejas, que tienen cerebros equivalentes, unas tengan inferencia transitiva y otras no? Los comportamientos sociales de ambas especies pueden tener la explicación.
El factor social
Una colonia de abejas tiene una sola reina y múltiples trabajadoras de igual rango. Sin embargo, las colonias de avispas cartoneras tienen varias hembras reproductivas conocidas como fundadoras: compiten con sus rivales y forman jerarquías.
El rango de una avispa en la jerarquía determina los porcentajes de reproducción, trabajo y alimento. La inferencia transitiva podría permitir que las avispas hagan rápidamente deducciones sobre nuevas relaciones sociales.
Ese mismo conjunto de habilidades puede permitir que las avispas cartoneras hembras organicen espontáneamente la información durante las pruebas de inferencia transitiva, según la hipótesis de los investigadores.
¿Deducción lógica?
La investigación plantea otra cuestión no menos relevante: tradicionalmente se ha pensado que la inferencia transitiva está basada en la deducción lógica.
Sin embargo, algunos investigadores han cuestionado que realmente necesite un razonamiento de orden superior: suponen que la inferencia transitiva puede resolverse con reglas más simples. El nuevo estudio no se pronuncia al respecto.
En estudios anteriores, Tibbetts y sus colegas demostraron que las avispas cartoneras reconocen a los individuos de su especie por las variaciones en sus marcas faciales y que se comportan de manera más agresiva hacia las avispas desconocidas.
Los investigadores también han demostrado que las avispas cartoneras tienen recuerdos sorprendentemente largos y basan su comportamiento en lo que recuerdan de las interacciones sociales anteriores con otras avispas.
Lo único claro de momento, según Tibbets, es que los sistemas nerviosos en miniatura de los insectos no impiden que muestren comportamientos sofisticados.
Fuente: tendencias21.net