Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que Júpiter, el mayor planeta del Sistema Solar, también tiene auroras australes y que, contra todo pronóstico, actúan independientemente de las boreales, según un estudio que publica la revista Nature Astronomy.
Las auroras son fenómenos planetarios que tienen lugar cuando el viento de partículas energéticas de una estrella choca con el campo magnético de un planeta.
«En el caso de Júpiter, que tiene un poderoso campo magnético, actúa como un imán gigantesco que alberga intensas auroras, pero hasta ahora estos fenómenos sólo se habían observado con rayos X en el polo norte del planeta», explicó Raquel Caro-Carretero, de la Universidad Pontifica de Comillas, en España, que participó en el estudio.
Sin embargo, la investigación publicada recientemente y dirigida por William Dunn, de la University College London, revela que el gigante gaseoso del Sistema Solar también tiene auroras en su extremo sur.
Pero, si los puntos luminosos australes brillan cada once minutos, las auroras del norte son erráticas y «no coinciden ni en comportamiento, ni en intensidad, ni en frecuencia con las del norte», un hallazgo altamente inesperado que cuestiona las teorías actuales de cómo se generan las auroras en Júpiter.
«No esperábamos ver los puntos calientes de Júpiter pulsando de manera independiente, sino que creímos que su actividad estaría coordinada por el campo magnético del planeta. Necesitamos estudiar más a fondo este fenómeno para comprenderlo y en ese contexto la ayuda de la misión Juno de la NASA será crucial», indicó Dunn.
Durante 20 meses, la sonda Juno tiene previsto dar 37 vueltas a la órbita de Júpiter, lo que permitirá obtener mayores datos sobre el planeta.
Para entender cómo se producen estas auroras, el equipo espera combinar la información recopilada por los observatorios espaciales XMM-Newton y Chandra con los datos recogidos por la sonda de la NASA.
«Si podemos empezar a conectar los rastros de rayos X con los procesos físicos que las producen, entonces podemos usar esa información para comprender otros cuerpos del Universo como las estrellas enanas marrones, los exoplanetas o incluso las estrellas de neutrones», sostuvo Dunn.
Fuente: EFE