Un grupo de científicos analizó 32 ladrillos que tenían inscritos el nombre de los reyes que gobernaron en diferentes periodos. Gracias a la técnica que implementaron pudieron obtener datos sobre el comportamiento del campo magnético de la Tierra en diferentes periodos.
Luego de analizar antiguos ladrillos inscritos con los nombres de reyes mesopotámicos, un grupo de investigadores encontró datos sobre una misteriosa anomalía en el campo magnético de la Tierra hace 3.000 años.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), usó una técnica conocida como arqueomagnetismo, para detectar las variaciones en el campo magnético terrestre de la Tierra y datarlas, empleando pequeños gránulos de hierro presentes en la cerámica.
En total analizaron 32 ladrillos cocidos que llevaban inscrito el nombre del rey que gobernaba en ese momento. En total encontraron los nombres de 12 reyes mesopotámicos que reinaron en diferentes periodos. Esos nombres y la intensidad magnética que detectaron permitieron crear una base de datos sobre los cambios en el campo magnético de la Tierra.
“Reconstruir este comportamiento durante los períodos arqueológicos es crucial tanto para lograr una mejor comprensión del campo y los fenómenos naturales relacionados, como para proporcionar una base para la datación absoluta de los materiales arqueológicos”, indican los investigadores en el estudio.
¿Cómo lo hicieron? La técnica básicamente consiste en cocer pequeños fragmentos del barro con el que fabricaron los ladrillos. Cuando se hace este proceso, las partículas férricas presentes en el material se calientan hasta casi el punto de fusión, lo que permite que sus átomos interaccionen con el campo magnético terrestre y obtengan ciertas propiedades. Con la ayuda de un magnetómetro, los investigadores pueden medir esas propiedades y, así conocer la fuerza del campo magnético terrestre en el momento que fueron creados.
Así pudieron concluir que, por ejemplo, en cinco muestras tomadas durante el reinado de Nabucodonosor II, entre los años 604 y 562 a.C., el campo magnético de la Tierra varió drásticamente en un corto periodo de tiempo. Esto refuerza la idea de que es posible que se produzcan picos rápidos de intensidad.
Además, los datos recolectados permitieron confirmar la existencia de la ‘Anomalía geomagnética de la Edad de Hierro levantina’, un periodo entre 1050 y 550 a.C., en el que el campo magnético de la Tierra fue inusualmente intenso alrededor del actual Irak, por razones que aún no son claras.
Fuente: elespectador.com