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La NASA publica las primeras imágenes reales del nuevo sistema solar descubierto

Las imágenes parecen sacadas de un videojuego de los años ochenta. Pero han sido captadas por el telescopio espacial Kepler, de la NASA, y tienen mérito si se piensa que la luz que ha captado procede de una estrella muy tenue situada a 40 años luz de la Tierra. Se trata de Trappist-1, la estrella en cuyo entorno astrónomos belgas han detectado la presencia de siete planetas de tamaño similar a la Tierra y que podrían tener agua en superficie.

La imagen apenas tiene 120 píxels. Cada uno representa la cantidad de luz recibida por una pequeña fracción de la cámara principal del telescopio. En el centro destaca Trappist-1, una estrella enana roja tenue y lejana. Lo interesante es que Kepler ha sido capaz de detectar cambios de brillo que los astrónomos han achacado a la presencia de hasta siete planetas.

Estos apenas son cambios del uno por ciento, y no son visibles por el ojo desnudo. Pero a través de sofisticados algoritmos, los científicos pueden medirlos. Junto a estos, son necesarios otras operaciones matemáticas para compensar los ligeros movimientos del telescopio en el espacio, lo que es muy necesario cuando se quiere enfocar a algo que está a una distancia tan extremadamente enorme. Por eso, los píxeles del entorno parpadean.

Recientemente, la NASA hizo públicos los últimos datos recogidos por el telescopio espacial Kepler entre el 15 de diciembre de 2016 y el 4 de marzo de este año. En total, se recogieron 74 días de observaciones continuas, y se espera que toda esa información sea procesada en los próximos meses y que resulte muy interesante para que los astrónomos puedan organizar próximas campañas de observación, que serán llevadas a cabo por grandes telescopios terrestres y por el potente telescopio espacial James Webb, que se lanzará al espacio el año que viene.

La animación publicada hoy muestra 60 medidas de brillo tomadas por Kepler cada minuto durante una hora, en la fecha del 22 de febrero.

Se espera que en los próximos meses se publiquen nuevos datos sobre la actividad de Trappist-1 y sobre las órbitas y las masas de los planetas de su entorno. En un plazo de unos cinco años, los científicos de la NASA más optimistas anunciaron que quizás podrían analizarse las atmósferas de algunos de los siete exoplanetas recién descubiertos. Esto sería muy interesante en el marco de la búsqueda de vida e inauguraría una nueva etapa en la astronomía en la que se podría explorar la naturaleza de los planetas más allá del Sistema Solar.

Los cálculos de los astrónomos establecen que más del 75 por ciento de las estrellas de la Vía Láctea, de un total de unos 100 mil millones, son enanas rojas. Si es frecuente que estas tengan tantos planetas como Trappist-1, el número de exoplanetas que quizás podrían tener agua en superficie sería gigantesco.

Fuente: abc.es

 

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