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La investigadora sevillana más citada del mundo es bioquímica y ha descubierto los efectos positivos del cianuro

Cecilia Gotor acaba de ser incluida en la lista Highly Cited Researchers de la prestigiosa revista americana Clarivate

Su campo académico es la bioquímica vegetal. Junto a su equipo de investigación en laboratorio ha descubierto efectos reguladores del cianuro y el sulfuro de hidrógeno en el proceso de desarrollo de las plantas. Se llama Cecilia Gotor, es sevillana y gracias a este avance, entre otros anteriores, acaba de entrar en la clasificación ‘Highly Cited Researchers’ (Investigadores Más Citados) de la revista americana Clarivate.

Se trata de la lista académica más prestigiosa del mundo actualmente. Cecilia es profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y lleva a cabo su labor en un centro mixto de esta institución y la Universidad de Sevilla: el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis.

Pero el hallazgo va más allá. Mientras investigaban cómo la cisteína -un aminoácido que forma parte de las proteínas- se implica en el metabolismo de las plantas, descubrieron que los vegetales no sólo se benefician de los citados compuestos inorgánicos -el cianuro y el sulfuro de hidrógeno-, sino que además los generan para sobrevivir.

Esto puede sonar contradictorio, ya que se trata de unas sustancias “que aparentemente se consideraban tóxicas”, tal como aclara esta investigadora a EL ESPAÑOL. Ahora, gracias a su investigación se sabe que “ambas regulan procesos que son esenciales para que la planta se desarrolle y complete su ciclo vital”, explica.

En el caso del sulfuro “ya se conocía” este hecho “en animales”, pero no en plantas, y respecto al cianuro “hemos sido los primeros en publicarlo”, afirma. Como todo en el ámbito científico, tiene una explicación lógica.

“Las plantas no se pueden mover”, continúa Cecilia, “y si reciben una amenaza, como las que provoca el cambio climático -una inundación, una sequía, o la infección de un hongo- no pueden escapar. Por eso desarrollan procesos para protegerse de ellas”.

La utilidad de estos compuestos es la de “regular esos procesos”. Así, “facilitan que la planta resista a ese estrés a la que lo someten los agentes externos”. Gracias a este trabajo, ella y su equipo han recibido “un mayor porcentaje de citaciones” que otros investigadores.

El principal proceso que han estudiado y que estas sustancias ayudan a regular es la autofagia. Se trata, en palabras de Cecilia, de un proceso de “degradación de compuestos”. Hablando en plata, la planta se come a sí misma para regenerarse. “La planta se come a sí misma algunas sustancias para mantenerse viva”, explica.

“El sulfuro regula esa autofagia. Fuimos los primeros en demostrarlo tanto en animales como en plantas. Y eso ha tenido mucho impacto internacional”, revela

La bioquímica vegetal

Cecilia no está sola en esta investigación. Tras ella hay un equipo de profesionales de laboratorio. “Nosotros trabajamos con una planta modelo, que puede luego trasladarse a otras pero que, en un principio, no tendrá una utilidad práctica. Nosotros generamos conocimiento”.

A este tipo de trabajo de laboratorio, Cecilia lo llama “investigación básica”. Pero, de hecho, su utilidad sí es aplicable al mundo real, a la vida cotidiana.

“Es fácil trabajar con esta planta, pero ese conocimiento lo trasladamos luego a plantas de interés agrícola, como el arroz, la cebada y el tomate”, afirma. “La ciencia tiene distintos niveles, pero todo el conocimiento, tarde o temprano, acaba siendo aplicado a la sociedad”, advierte.

Su trabajo, por así decirlo, es el primer ladrillo de un desarrollo científico moderno y puntero. “Si no conoces bien los procesos, cómo funciona todo, luego no puedes trabajar con la materia prima”.

Las revistas y los investigadores

El equipo de Cecilia lo conforman, según cuenta, distintos investigadores funcionarios, una profesora de la Universidad de Sevilla, varios becarios “que están haciendo sus tesis doctorales”, o gente que ya es doctor y está haciendo “una estancia posdoctoral”.

Una vez que se ha generado un conocimiento concreto, desarrollan una publicación científica. Ahí, afirma, “los autores son los investigadores que han intervenido”. En su área, el investigador principal, quien dirige al equipo, suele firmar “el último”. Siendo el primero quien trabaja la parte “más experimental”.

Estas publicaciones acaban luego en las famosas revistas académicas, “de las que también hay un ranking”, cuenta. Por eso se sabe cuál es la más prestigiosa. Ese ranking también “lo lleva Clarivate”.

Cuanto más alto se apunte a la hora de enviar la investigación, más impacto podrá tener si se publica. Pero “no se publica así como así”, dice Cecilia. “Los artículos se someten a filtros difíciles de pasar”. Ellos han publicado en dos revistas americanas: ‘The Plant Cell’ y ‘Plant Physiology’.

La “mala praxis”

No obstante, advierte que a las universidades les interesa que sus investigadores aparezcan en estos rankings. “Significa que la institución lo está haciendo bien, aumenta, en este caso, su posición en el ranking de universidades de Shangai”.

Ese otro ranking, afirma Cecilia, valora mucho “el número de investigadores altamente citados”. En los últimos años, recuerda esta profesora del CSIC, ha habido “mala praxis” para intentar acceder a estas clasificaciones. “Algunas universidades han querido posicionarse, ofreciendo a investigadores con alto índice de impacto la posibilidad de que firmen los artículos con esa institución”.

Este hecho ha sido “muy polémico”, apareciendo en “medios de comunicación”. Así, “este año han querido controlar más la situación, y se está consiguiendo”. A ella le contactaron “hace dos meses” para que dijese cuál era su institución. “En primer lugar dije el CSIC, porque soy profesora de allí, y en segundo, la US”, explica.

China, a la vanguardia

En lo que se refiere a la financiación, Cecilia admite que en España “hace diez o quince años que seguimos con la misma, y todo se ha encarecido”. Es pesimista, pero no lo es menos con respecto a la investigación en Estados Unidos. “Ellos lo potencian mucho más que nosotros, sí, pero ahora el país del mundo que más invierte es China”.

Tanto es así, afirma Cecilia, “que si lees la autoría de muchos de los más prestigiosos artículos publicados en revistas americanas, quienes firman son también chinos”.

Concienciación

En cualquier caso, y volviendo a la investigación que ha logrado posicionar a este grupo de investigadores sevillanos, Cecilia defiende la repercusión de su trabajo: “La gente está viendo que hay periodos de sequía muy fuerte. En algunos lugares no se puede sembrar porque hay poca agua dulce y mucha salinidad”.

También hay “inundaciones”, como la de Valencia. “Todo ello repercute en el precio de los alimentos”, recuerda. Ahora hemos tenido el COVID, pero puede surgir “un patógeno vegetal que acabe con los cultivos”.

La gente “debe ser consciente de esto, porque lo primero que necesitan es comer”. En ese sentido, reivindica, “el trabajo que hacemos en plantas es fundamental”.

Fuente: elespanol.com

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