Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Maryland ha descubierto que la hibernación retrasa el envejecimiento biológico de los murciélagos
El murciélago más común de Estados Unidos, el gran murciélago marrón, tiene una vida inusualmente larga de hasta 19 años “La hibernación ha permitido a los murciélagos, y presumiblemente a otros animales, permanecer en regiones septentrionales o muy meridionales donde no hay comida en invierno –explica el autor principal del estudio, el profesor de biología de la UMD Gerald Wilkinson–. Los hibernadores tienden a vivir mucho más tiempo que los migratorios. Lo sabíamos, pero no sabíamos si detectaríamos cambios en la edad epigenética debido a la hibernación”.
Los investigadores determinaron que la hibernación durante un invierno prolonga el reloj epigenético de un murciélago pardo grande -un marcador biológico del envejecimiento- en tres cuartos de año. En el estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the Royal Society Bon’, también participaron científicos de la Universidad McMaster y la Universidad de Waterloo, ambas en Ontario (Canadá).
Analizaron pequeñas muestras de tejido tomadas de las alas de 20 grandes murciélagos pardos (‘Eptesicus fuscus’) durante dos periodos: en invierno, cuando hibernaban, y en verano, cuando estaban activos. Los murciélagos, mantenidos en una colonia de investigación en la Universidad McMaster, tenían edades comprendidas entre menos de un año y algo más de diez.
Una vez recogidas las muestras, los investigadores midieron los cambios en la metilación del ADN -un proceso biológico asociado a la regulación de los genes- entre las muestras tomadas del mismo animal durante los periodos de actividad e hibernación. Descubrieron que los cambios en la metilación del ADN se producían en determinados lugares del genoma del murciélago, y que estos lugares parecían afectar al metabolismo durante la hibernación.
“Está bastante claro que los sitios que disminuyen la metilación en el invierno son los que parecen tener un efecto activo –explica Wilkinson–. Se sabe que muchos de los genes que están más cerca de ellos están implicados en la regulación del metabolismo, por lo que presumiblemente mantienen el metabolismo bajo”.
Algunos de estos genes son los mismos que Wilkinson y otros investigadores identificaron como “genes de la longevidad” en un estudio anterior. Wilkinson señala que existe un solapamiento significativo entre los genes de la hibernación y los de la longevidad, lo que pone de manifiesto el vínculo entre la hibernación y la prolongación de la vida.
El estudio anterior también estableció el primer reloj epigenético para murciélagos, capaz de predecir con exactitud la edad de cualquier murciélago en la naturaleza. Ese reloj se aplicó a este último estudio, lo que permitió a los investigadores demostrar que la hibernación reduce la edad epigenética de un murciélago en comparación con un animal no hibernante de la misma edad.
Estudios como éste ayudan a explicar por qué los murciélagos tienen una vida más larga de lo esperado para un pequeño mamífero del tamaño de un ratón. Sin embargo, también plantean nuevos interrogantes.
“Todavía no sabemos muy bien por qué algunos murciélagos pueden vivir mucho tiempo y otros no –afirma Wilkinson–. Hemos demostrado que los que viven mucho tiempo comparten la capacidad de hibernar, o de entrar en letargo con frecuencia. Eso parece ser un corolario, pero no es suficiente porque los roedores que hibernan no viven 20 años”.
Wilkinson añade que está planeando un estudio de seguimiento para comparar el envejecimiento epigenético en los grandes murciélagos pardos de Canadá, donde hibernan, con la misma especie en Florida, donde no hibernan. Con ello, Wilkinson espera obtener una imagen aún más clara del papel que desempeña la hibernación en la prolongación de la vida.
Fuente: Europa Press