Ciertos animales pueden soportar un clima extremadamente frío gracias a las propiedades aislantes de los pelos huecos que forman su pelaje, cuya estructura interna cambia con las estaciones.
“En algunos animales, el pelaje tiene un aspecto diferente en verano y en invierno”, afirma en un comunicado Taylor Millett, estudiante de pregrado en el programa de ingeniería mecánica de la Universidad Tecnológica de Utah, quien lleva a cabo la investigación, cuyos hallazgos se presentaron en un congreso de la American Chemical Society (ACS).
No se trata solo del color del pelo. “En los animales que estamos estudiando, hemos descubierto que no es sólo la coloración exterior del pelo lo que está cambiando. Los detalles microscópicos internos también están cambiando para permitir que estos animales sigan sobreviviendo en su entorno”, añade.
Millett está siendo asesorada por Wendy Schatzberg, profesora asociada de química, y Samuel Tobler, profesor de física. Schatzberg y Tobler enseñan a estudiantes universitarios a utilizar un microscopio electrónico de barrido (SEM), que bombardea una muestra con electrones para producir una imagen que revela claramente detalles microscópicos.
“Una vez que los estudiantes aprenden a utilizar el SEM para investigar partículas pequeñas, les damos la libertad de estudiar otras muestras que les interesen”, afirma Schatzberg. Taylor decidió escoger pelo de animal. En concreto, el pelo del antílope berrendo, del que sí se sabía que era hueco.
Además del antílope berrendo, seleccionó el venado bura y el alce de las Montañas Rocosas, animales de presa que se pueden encontrar cerca del campus. Obtuvo muestras de pelo de animales de invierno y verano de un taxidermista de vida silvestre local y de la División de Recursos de Vida Silvestre de Utah, que recoge animales que han sido atropellados por automóviles.
Los investigadores abrieron los pelos, los bañaron en oro para mejorar la resolución de la imagen SEM y luego examinaron y midieron las estructuras interiores esponjosas. Estas estructuras, que consisten en una colección aleatoria de pequeñas cavidades huecas o bolsas de aire, se asemejan a panales desordenados.
Los estudiantes descubrieron que, tanto en los pelos de verano como de invierno, las bolsas de aire cerca del perímetro de los pelos eran mucho más pequeñas que las del centro. Además, los pelos de invierno tenían bolsas de aire más grandes que los pelos de verano en las tres especies. En el venado bura, por ejemplo, las bolsas de aire de invierno tenían un diámetro promedio de 26 micrómetros, mientras que las bolsas de aire de verano tenían un diámetro promedio de 13 micrómetros. Por lo tanto, el núcleo del cabello de verano estaba mucho más denso que el cabello de invierno. “Esto es muy intrigante, porque esos bolsillos crean una barrera aislante que mantiene a los animales calientes en invierno”, dice Millett.
Para determinar si estos hallazgos se aplican a otros animales, incluidas especies de depredadores como osos, pumas y gatos monteses, Millett se está poniendo en contacto con zoológicos de todo el mundo para obtener muestras de pelo. Los investigadores también quieren evaluar cómo la ubicación geográfica y el clima afectan los resultados. Igualmente, Millett está reflexionando sobre cómo aplicar los resultados. Una aplicación potencial es el aislamiento sintético.
Fuente: europapress.es