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La española Margarita Salas, finalista del Premio Inventor Europeo 2019

La española Margarita Salas, finalista del Premio Inventor Europeo 2019

La Oficina Europea de Patentes (OEP) ha seleccionado a tres españoles como finalistas para el Premio al Inventor Europeo 2019. Se trata de la científica y profesora universitaria Margarita Salas y los ingenieros Antonio Corredor y Carlos Fermín Menéndez.

Los ganadores de la edición 2019 del premio anual a la innovación de la OEP se anunciarán en una ceremonia que se celebrará en Viena el 20 de junio.

Según indica esta institución en un comunicado, Salas, que ha sido nominada en la categoría Lifetime Achievement (logros de una vida), es, a sus 80 años, profesora honoraria del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, en Madrid.

La bioquímica, desarrolló una técnica que amplifica las muestras más pequeñas de ADN en cantidades lo suficientemente grandes como para realizar un análisis genómico completo, copiando moléculas individuales de ADN en millones de réplicas idénticas. “Su invención se ha convertido en un pilar de la genética moderna y tiene aplicaciones en una amplia gama de campos”.

Kits de secuenciación de ADN

El potencial de la invención de Salas fue pronto reconocido por la United States Biochemical Corporation (USB), que a finales de los años ochenta se dirigió al CSIC para pedirles que solicitaran una patente para poder comercializarla, en forma de kits de secuenciación de ADN fáciles de usar.

La científica española y el CSIC presentaron la primera solicitud de patente en EE UU para proteger la utilización de la enzima phi29 ADN polimerasa y sus usos en 1989, y la patente se concedió en 1991. USB originalmente licenció la patente del CSIC y la sublicenció a Amersham Biosciences (posteriormente adquirida por General Electric Healthcare). La patente europea se concedió en 1997.

Bloques cúbicos para diques rompeolas

Por su parte, Antonio Corredor y Carlos Fermín Menéndez han sido nominados en la categoría de Industria por la creación de un molde de hormigón exclusivo que permite que los diques rompeolas se produzcan de manera más eficiente, ayudando a reducir la erosión y a aumentar la seguridad en caso de tormentas catastróficas.

Los moldes, denominados Cubipods, por su forma cúbica, se han utilizado para producir los bloques para las defensas portuarias en Argelia, Dinamarca y España, y también se están explorando mercados en Chile, México y Marruecos.

Según los inventores, la produccón in situ es un factor crítico porque un dique rompeolas requiere varios miles de Cubipods. Los bloques pueden montarse en pilas de almacenamiento o en un rompeolas mediante simples abrazaderas de presión. El molde permite ahorrar hasta un 45% en la construcción con respecto al uso de otras unidades voluminosas o bloques de hormigón convencionales.

Fuente: SINC

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