La enorme columna de gases y polvo levantada tras la erupción del volcán submarino en la isla de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en enero “probablemente sea el penacho más alto en el registro satelital”.
Los científicos del Centro de Investigación Langley de la NASA analizaron datos del Satélite Ambiental Operativo Geoestacionario 17 (GOES-17) de la NOAA y el Himawari-8 de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA), que operan en órbita geoestacionaria y llevan instrumentos de imagen muy similares. El equipo calculó que la columna de la erupción volcánica del 15 de enero se elevó a 58 kilómetros en su punto más alto. El gas, el vapor y la ceniza del volcán llegaron a la mesosfera, la tercera capa de la atmósfera en tan solo 30 minutos.
Antes de la erupción de Tonga, la columna volcánica más grande conocida en la era de los satélites provino del monte Pinatubo, que arrojó cenizas y aerosoles hasta 35 kilómetros (en el aire sobre Filipinas en 1991. La columna de Tonga tenía 1,5 veces la altura de la pluma de Pinatubo.
“La intensidad de este evento supera con creces la de cualquier nube de tormenta que haya estudiado”, dijo en un comunicado Kristopher Bedka, científico atmosférico de NASA Langley que se especializa en estudiar tormentas extremas. “Somos afortunados de que nuestra última generación de satélites geoestacionarios lo haya visto tan bien y podemos utilizar estos datos de formas innovadoras para documentar su evolución”.
La parte superior de la columna se sublimó casi de inmediato debido a las condiciones extremadamente secas de la mesosfera. Sin embargo, un paraguas de ceniza y gas se esparció en la estratosfera a una altitud de unos 30 kilómetros, cubriendo eventualmente un área de 157.000 kilómetros cuadrados.
“Cuando el material volcánico llega tan alto a la estratosfera, donde los vientos no son tan fuertes, la ceniza volcánica, el dióxido de azufre, el dióxido de carbono y el vapor de agua pueden transportarse por toda la Tierra”, dijo Konstantin Khlopenkov, científico de la NASA.
En dos semanas, la columna principal de material volcánico dio la vuelta al mundo, según lo observado por el satélite Cloud-Aerosol Lidar and Infrared Pathfinder Satellite Observation (CALIPSO), así como por el Ozone Mapping and Profiler Suite en el satélite Suomi-NPP.
Los aerosoles de la columna han persistido en la estratosfera durante casi un mes después de la erupción y podrían permanecer durante un año o más, dijo el científico atmosférico Ghassan Taha del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Las emisiones volcánicas pueden afectar potencialmente el clima local y el clima global. Sin embargo, Taha señaló que actualmente parece poco probable que la columna de Tonga tenga efectos climáticos significativos porque tenía un bajo contenido de dióxido de azufre.
Fuente: europapress.es