La felicidad es eso que pasa mientras la perseguimos por toda la vida, en vez de disfrutar de cada instante, pero siempre está la pregunta: ¿qué es?, ¿cuánto dura?, etc. Por eso, un grupo de investigadores decidió encontrar la respuesta, de al menos de alguna de estas preguntas y lo que descubrieron fue muy interesante, a continuación, los datos.
La Felicidad
La felicidad no sigue una línea recta a lo largo de la vida. Un estudio reciente del National Bureau of Economic Research, dirigido por el economista David Blanchflower, confirma que el bienestar personal comienza a descender de forma paulatina a partir de los 18 años, alcanzando su punto más bajo en torno a los 47, para luego remontar de manera sostenida a partir de los 50. Estos hallazgos, que surgen de un análisis en más de un centenar de países, revelan un patrón en forma de “U” que se repite sin importar la cultura, el nivel económico o el género.
El informe señala que, si bien la juventud marca un momento de optimismo y expectativas altas, pero pronto la realidad de la vida adulta impone nuevas cargas. La presión laboral, la incertidumbre económica y la multiplicación de responsabilidades personales reflejan una caída en los niveles de satisfacción. Según los investigadores, esta disminución comienza a hacerse evidente hacia el inicio de la adultez, se intensifica en la mediana edad y toca fondo en los 47 años. Esta etapa, caracterizada muchas veces por frustraciones profesionales y personales, se conoce popularmente como “crisis de la mediana edad”.
Sin embargo, lejos de ser permanente, este descenso en la felicidad parece dar paso a un resurgir a partir de los 50 años. Los expertos explican que la clave estaría en un proceso de madurez emocional y de reajuste de expectativas. Al llegar a esta etapa, muchas personas logran aceptar con mayor naturalidad las limitaciones, valorar más las experiencias que los logros materiales y redefinir sus prioridades. De este modo, el bienestar subjetivo vuelve a crecer y, según el estudio, incluso puede superar el registrado en la juventud.
Conclusión
En definitiva, aunque la felicidad experimente una caída progresiva desde los 18 años, este fenómeno no es irreversible: el estudio confirma que el bienestar tiende a recuperarse a partir de los 50, impulsado por una mayor madurez emocional y una transformación de expectativas personales. Lejos de representar una grave crisis existencial, este patrón en “U” ofrece una visión esperanzadora: el tránsito hacia la adultez, con sus desafíos, también allana el camino hacia una etapa más serena, plena y consciente de lo realmente importante en la vida.
Fuente: msn.com