Una nueva investigación, publicada este miércoles en ‘Nature’, ha conseguido invertir el proceso de envejecimiento en células madre de cerebro de rata y han demostrado cómo el aumento de la rigidez cerebral a medida que envejecemos causa la disfunción de las células madre del cerebro, y demuestra nuevas formas de revertir las células madre más viejas a un estado más joven y saludable.
Los resultados tienen implicaciones de gran alcance sobre cómo entendemos el proceso de envejecimiento y cómo podríamos desarrollar tratamientos muy necesarios para las enfermedades cerebrales relacionadas con la edad.
A medida que nuestro cuerpo envejece, los músculos y las articulaciones pueden volverse rígidos, lo que dificulta los movimientos cotidianos. Este estudio muestra que lo mismo es cierto en nuestros cerebros, y que la rigidez cerebral relacionada con la edad tiene un impacto significativo en la función de las células madre del cerebro.
Un equipo de investigación multidisciplinario, con sede en el Wellcome-MRC Cambridge Stem Cell Institute, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), estudió cerebros de ratas jóvenes y viejos para comprender el impacto del endurecimiento cerebral relacionado con la edad en la función de las células progenitoras de oligodendrocitos (OPC).
Se trata de un tipo de células madre cerebrales importantes para mantener la función cerebral normal y para la regeneración de la mielina, la vaina grasa que rodea nuestros nervios, que está dañada en la esclerosis múltiple (EM). Los efectos de la edad en estas células contribuyen a esta enfermedad, pero su función también disminuye con la edad en personas sanas.
Para determinar si la pérdida de función en OPC envejecidos era reversible, los investigadores trasplantaron OPC más viejos de ratas envejecidas en cerebros blandos y esponjosos de animales más jóvenes. Sorprendentemente, las células cerebrales más antiguas se rejuvenecieron y comenzaron a comportarse como las células más jóvenes y vigorosas.
Para estudiar esto más a fondo, los investigadores desarrollaron nuevos materiales en el laboratorio con diversos grados de rigidez, y los utilizaron para hacer crecer y estudiar las células madre del cerebro de ratas en un entorno controlado. Los materiales fueron diseñados para tener una suavidad similar a los cerebros jóvenes o viejos.
Para comprender completamente cómo la flexibilidad y la rigidez del cerebro influyen en el comportamiento celular, los investigadores investigaron Piezo1, una proteína que se encuentra en la superficie celular, que informa a la célula si el entorno circundante es blando o rígido.
El doctor Kevin Chalut, quien dirigió la investigación, explica: “Nos fascinó ver que cuando hicimos crecer células madre de cerebro de rata jóvenes y funcionales en el material rígido, las células se volvieron disfuncionales y perdieron su capacidad de regeneración, y de hecho comenzaron funcionar como células envejecidas. Sin embargo, lo que fue especialmente interesante fue que cuando las viejas células cerebrales crecieron sobre el material blando, comenzaron a funcionar como células jóvenes, en otras palabras, se rejuvenecieron”.
“Cuando eliminamos Piezo1 de la superficie de las células madre del cerebro envejecidas, pudimos engañar a las células para que percibieran un entorno circundante blando, incluso cuando crecían en el material rígido”, explica el profesor Robin Franklin–. Además, pudimos eliminar Piezo1 en los OPC dentro de los cerebros de ratas envejecidos, lo que provocó que las células se rejuvenecieran y volvieran a asumir su función regenerativa normal”.
Por su parte, la doctora Susan Kohlhaas, directora de Investigación de la MS Society, que financió parte de la investigación, señala que “se necesitan desesperadamente tratamientos para retrasar y prevenir la esclerosis múltiple.cLos descubrimientos sobre cómo envejecen las células madre del cerebro y cómo se puede revertir este proceso tienen implicaciones importantes para el tratamiento futuro, porque nos brinda un nuevo objetivo, incluiso la forma de recuperar potencialmente la función perdida en el cerebro”.
Fuente: infosalus.com