Un grupo de investigadores detectó en Argentina un fragmento genético del virus del dengue que frena la replicación del patógeno en el mosquito. Un hallazgo que, según los expertos, podría ayudar a crear antivirales para el control de esta enfermedad, y otras como zika y fiebre amarilla.
El descubrimiento fue realizado por integrantes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) en la Fundación Instituto Leloir (FIL), con la colaboración de profesionales franceses y estadounidenses.
Un grupo de investigadores detectó en Argentina un fragmento genético del virus del dengue que frena la replicación del patógeno en el mosquito. Un hallazgo que, según los expertos, podría ayudar a crear antivirales para el control de esta enfermedad, y otras como zika y fiebre amarilla.
El descubrimiento fue realizado por integrantes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) en la Fundación Instituto Leloir (FIL), con la colaboración de profesionales franceses y estadounidenses.
Por contra, la investigación arrojó que ambas regiones son antagónicas y que mientras la presencia de una hace que se ponga en marcha la multiplicación del patógeno, la otra actúa como un freno.
Este enfrentamiento entre las estructuras duplicadas funciona solo en la maquinaria interna del insecto, pues según explica el estudio, la alianza entre ambos se restaura una vez que el virus infecta a células humanas. En ese momento, ambos pasan a potenciar la incidencia del patógeno.
El dengue es una infección vírica propia de climas tropicales y subtropicales que transmiten los mosquitos “Aedes aegypti” y “Aedes albopictus”.
Hasta la fecha no hay una cura específica para esta enfermedad, que en los casos más graves puede causar la muerte, de ahí la relevancia de este hallazgo, que abre la puerta a nuevos tratamientos farmacológicos.
Por otra parte, los expertos creen que este descubrimiento podría ser aplicable en otros patógenos humanos que pertenecen al género flavivirus, como la fiebre amarilla, el virus de Zika, la encefalitis de San Luis y del Nilo occidental, entre otras dolencias que afectan a millones de personas en el mundo.
De hecho, en los laboratorios del Instituto Leloir ya han empezado a probar la fórmula en estructuras de RNA del genoma de zika.
El informe contó con la colaboración de científicos de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, que tras las pruebas en células realizadas por los investigadores del CONICET en Argentina, completaron el experimento en mosquitos vivos.
Asimismo, otro equipo de expertos del Instituto Pasteur de París (Francia) realizó el mismo tipo de ensayo en mosquitos portadores de otros tipos de dengue para ver cómo reaccionaba el genoma.
Según la investigadora, “falta mucho todavía” para contar con algo que se pueda aplicar a la población, aunque insiste en que nunca se sabe qué descubrimiento puede “acelerar” el proceso.
Desde la ciencia, la lucha es constante para lograr disminuir los casos de dengue en el país suramericano, que en 2016 sufrió una de las peores epidemias de su historia.
Ese año, el brote dejó en la región americana 1032 muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La institución internacional señala, además, que en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de este mal en el planeta y se estima que, cada año, se producen alrededor de 390 millones de infecciones por dengue, lo que ha llevado a la OMS ha situar esta patología como una de las diez amenazas a la salud mundial para 2019.
Fuente: televisa.com