La trepanación craneana es un procedimiento médico que ha sido encontrado en varias culturas, incluyendo la antiquísima Göbekli Tepe (10.000 a.E.C) en la actual Turquía. Sin embargo, de acuerdo a una nueva investigación, uno de las culturas que mejor llevó a cabo el procedimiento fueron los Incas.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Miami en Florida (UM) encontró que a pesar de no contar con antibióticos o anestesia moderna, cerca del 80% de los pacientes sobrevivieron a la operación. Los resultados han sido publicados en la revista World Neurosurgery.
Una forma de tratar dolores de cabeza
La trepanación probablemente comenzó como un tratamiento para las heridas en la cabeza, dice David Kushner, neurólogo de la UM que lideró la investigación. Después de una lesión traumática, dicha cirugía habría limpiado las fracturas del cráneo y aliviado la presión sobre el cerebro, el cual se suele hinchar y acumular líquido después de un golpe en la cabeza.
Pero no todos los cráneos muestran signos de lesiones en la cabeza, por lo que es posible que la cirugía también se usara para tratar afecciones que no dejaban rastros en el esqueleto, como dolores de cabeza crónicos o enfermedades mentales.
Para el nuevo estudio, Kushner se asoció con John Verano, un bioarqueólogo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Luisiana, para estudiar sistemáticamente la tasa de éxito de la trepanación en diferentes culturas y épocas. Verano ya ha trabajado anteriormente con cráneos pre-colombinos.
El equipo examinó 59 cráneos de la costa sur de Perú fechados entre 400 a.E.C a 200 E.C, 421 cráneos procedentes de las tierras altas centrales del Perú de 1000 CE a 1400 E.C, y 160 de las tierras altas alrededor de Cusco, capital del Imperio Inca, desde principios del siglo XIV hasta mediados del siglo XVI EC. Si el hueso alrededor del agujero quirúrgico no mostraba signos de curación, los investigadores sabían que el paciente murió durante o poco después de la cirugía. Pero si los cráneos mostraban el hueso liso alrededor de la abertura, quería decir que el paciente había sobrevivido durante meses o años después del procedimiento.
Sorprendente eficacia
«Los resultados fueron sorprendentes», dice Kushner a Science Magazine. Solo el 40% del primer grupo sobrevivió a las operaciones. Pero el 53% del siguiente grupo sobrevivió, seguido por el 75% y el 83% durante el período Inca. Finalmente un asombroso 91% de los pacientes sobrevivió en una muestra adicional de solo nueve cráneos de las tierras altas del norte entre 1000 C.E. y 1300 C.E.
Las técnicas también parecían mejorar con el tiempo, dando como resultado orificios más pequeños y menos corte o perforación y un «surco» más cuidadoso, lo que habría reducido el riesgo de pinchar la membrana protectora del cerebro llamada duramadre y causar una infección.
«Lo que estamos viendo es más de 1000 años de refinar sus métodos», dice Corey Ragsdale, un bioarqueólogo de la Universidad del Sur de Illinois en Edwardsville que no participó en el estudio. «No solo están teniendo suerte… Los cirujanos que realizan esto fueron muy hábiles”, añadió. Varios pacientes parecen haber sobrevivido a múltiples trepanaciones; un cráneo de la era Inca mostró cinco cirugías curadas.
Aunque ahora ya podemos tener una idea de qué tan efectivos eran los incas en sus trepanaciones, la razón por la cual lo hacían sigue siendo un misterio. Y de acuerdo a algunos expertos, quizás nunca sepamos la respuesta.
Fuente: nmas1.org