Hace quince años, un joven geólogo terminaba su tesis de grado en Olavarría y se trasladaba a la ciudad inglesa de Liverpool para seguir profundizando sus estudios. Allí, entre otras tareas, analizó materiales fósiles provenientes de Namibia. Se los denominaba biota de Ediacara, nombre con el que se define a las formas de vida primitivas anteriores a la fauna actual. “Esto tiene que estar en Argentina”, pensó Daniel Poiré.
Recientemente, la publicación de Nature, la reconocida revista científica Scientific Reports, le dio la razón ante los ojos del mundo. En la misma ciudad bonaerense donde cursó su Doctorado, dentro de una cantera que pertenece a una empresa cementera, el hoy investigador principal del CONICET encontró junto a su equipo de trabajo, por primera vez en Sudamérica, un registro de vida de hace 560 millones de años.
“Descubrimos impresiones de organismos pluricelulares, extintos y previos a la Explosión Cámbrica, que es cuando comienza a aparecer toda la fauna tal cual la conocemos en la actualidad”, asegura Poiré, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM. Según las estimaciones, las especies descritas vivían debajo de aguas marinas someras, en una profundidad de 40 centímetros a 30 metros, formando comunidades, una al lado del otro.
De esta manera, gracias a la tarea del Centro de Investigaciones Geológicas de la Universidad de La Plata (UNLP), Argentina pasó a formar parte de un grupo de países selectos. Muestras similares sólo se habían hallado en Canadá, Australia, Namibia, China, Rusia y el Reino Unido. Las marcas de cuerpos fósiles describen un cuerpo fisionómicamente parecido a una pluma, de unos veinte centímetros largo, con una base discoidal y una formación plana que le servía como “ancla” para sostenerse en el sustrato acuático.
El Director del proyecto publicado por Scientific Reports explica que la biota observada corresponde a los primeros multiorganismos grandes, lo cual le da relevancia al trabajo ya que en ese tiempo, unos 560 millones de años atrás, los únicos cuerpos vivos que existían eran unicelulares. Por lo tanto, la estructura primitiva es más compleja que la habitual para esa época histórica.
A partir de las impresiones advertidas en las huellas sobre piedra, los científicos dedujeron que, al ubicarse entre 15 y 20 millones antes del período cámbrico, las especies serían ancestros de la fauna conocida hasta el momento y estaban conformados por células eucariotas, compuestos por membrana, citoplasma y núcleo.
El estudio encabezado por el profesor de la UNLP es clave para potenciar la paleontología de todo el continente y fue realizado en colaboración con la Universidad Estatal Paulista (UNESP), de San Pablo, Brasil. A su vez, el equipo de investigación se encuentra profundizando los análisis y comparando el material hallado para aportar más datos sobre esta clase de organismos.
“Aparentemente, hubo una gran tormenta que arrancó del territorio una parte de la biota y dejó la marca de los discos. Si tardamos quince años en encontrar esto, podemos esperar un tiempo más para encontrar las otras muestras”, expresó, deseando en voz alta, ese geólogo que encontró, en Olavarría, el registro de vida más antiguo de toda Sudamérica.
Fuente: Agencia CtyS