Científicos han captado múltiples sonidos en la estratósfera, pero su origen aún es desconocido
Daniel Bowman, un científico de ‘Sandia National Laboratories’ del estado de Nuevo México en Estados Unidos, se ha interesado en los últimos años en el estudio de los sonidos de baja frecuencia que generan los volcanes. El estudio se realiza en la estratósfera y se conoce como un infrasonido que es imperceptible al oído humano.
Él, junto con un grupo de científicos, enviaron globos solares gigantes a más de 21 mil metros de altura, para la grabación de esos sonidos. Los micrófonos de estas máquinas han captado unos ruidos que ninguno de los científicos esperaba.
“Cada globo está hecho de plástico de pintor, cinta adhesiva y polvo de carbón”. “Cuestan unos 50 dólares fabricarlos y un equipo de dos personas puede construir uno en unas 3,5 horas”, explica Bowman, respecto a cómo se puede fabricar uno de esos globos.
En la estratósfera, que es la segunda capa de la atmósfera de la Tierra, existe la capa de ozono que es la que absorbe la radiación ultravioleta, según la Nasa. En este lugar, también es donde los globos meteorológicos y los aviones a reacción alcanzan su máxima altitud.
“En nuestros globos solares hemos grabado explosiones químicas superficiales y enterradas, truenos, olas oceánicas chocando, aviones de hélice, sonidos urbanos, lanzamientos de cohetes suborbitales, terremotos y puede que incluso trenes de mercancías y aviones a reacción”. “También hemos registrado sonidos cuyo origen no está claro”, expresó Daniel Bowman, a CNN.
“Hay muchos vuelos con señales cuyo origen no comprendemos”, afirma Bowman. “Es casi seguro que son mundanas, tal vez un parche de turbulencia, una tormenta severa distante, o algún tipo de objeto humano como un tren de mercancías, pero a veces es difícil saber lo que está pasando debido a la falta de datos allí arriba”, sigue Bowman.
Por su parte, Bowman y su equipo seguirán investigando estos canales de sonido aéreo para poder determinar de dónde surgen y por qué algunos de esos globos no los alcanzan a percibir. El poder comprender el paisaje sonoro de la estratósfera les ayudaría para predecir la variabilidad de las estaciones en cada lugar del mundo.
Fuente: eltiempo.com