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Fabricado con éxito el último segmento del espejo de telescopio más grande del mundo

El ELT (Extremely Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO), que se está construyendo en el desierto chileno de Atacama, está un paso más cerca de completarse. La empresa alemana SCHOTT ha dado el visto bueno al último de los 949 segmentos encargados para el espejo primario del telescopio (M1). Con un diámetro de más de 39 metros, M1 será el espejo más grande construido para un telescopio.

Como es demasiado grande para ser una sola pieza de vidrio, el espejo primario, M1, estará compuesto por 798 segmentos hexagonales, cada uno de unos cinco centímetros de grosor y 1,5 metros de ancho, que trabajarán juntos para recoger decenas de millones de veces más luz que el ojo humano. Se han fabricado 133 segmentos adicionales para facilitar el mantenimiento y el recubrimiento de los segmentos una vez que el telescopio esté operativo. El ESO también ha adquirido 18 segmentos de repuesto, lo que eleva el número total a 949.

Las piezas en bruto del M1 (piezas de material a las que se da una forma y que luego se pulen para convertirse en segmentos de espejo), están hechas de ZERODUR (marca registrada), un material vitrocerámico de baja expansión desarrollado por SCHOTT y optimizado para los rangos de temperatura extremos que se dan en la ubicación del ELT, en el desierto chileno de Atacama. Esta empresa también ha fabricado las piezas en bruto de otros tres espejos del ELT (M2, M3 y M4) en sus instalaciones de Maguncia, en Alemania.

«Lo que ESO encargó a SCHOTT es más que ZERODUR”, declara Marc Cayrel, Jefe de Optomecánica del ELT en el ESO. «En estrecha colaboración con el ESO, SCHOTT afinó cada uno de los pasos de producción, adaptando el producto para cumplir y, a menudo, superar, los exigentes requisitos del ELT. La excelente calidad de las piezas en bruto se ha mantenido a lo largo de toda la producción en masa de las más de 230 toneladas de este material de alto rendimiento. Por lo tanto, el ESO está muy agradecido por la profesionalidad de los equipos cualificados de SCHOTT, nuestro socio de confianza”.

Thomas Werner, jefe de proyecto del ELT en SCHOTT, afirma: «Todo nuestro equipo está encantado de concluir lo que ha sido el mayor pedido individual de ZERODUR en la historia de nuestra empresa. Para este proyecto, concluimos con éxito la producción en serie de cientos de sustratos de espejo ZERODUR, cuando normalmente tenemos una operación de una sola pieza. Ha sido un honor para todos nosotros desempeñar un papel en la configuración del futuro de la astronomía».

Una vez fabricados, todos los segmentos siguen un viaje internacional de varias etapas. Después de una lenta secuencia de enfriamiento y tratamiento térmico, la superficie de cada pieza en bruto se moldea mediante una rectificación ultraprecisa en SCHOTT. A continuación, las piezas en bruto se transportan a la empresa francesa Safran Reosc, donde cada una de ellas se corta en forma de hexágono y se pule con una precisión de 10 nanómetros en toda la superficie óptica, lo que significa que las irregularidades de la superficie del espejo serán inferiores a una milésima parte del grosor de un cabello humano. También participan en el trabajo realizado en los conjuntos del segmento M1: la empresa holandesa VDL ETG Projects BV, que produce los soportes del segmento; el consorcio franco-alemán FAMES, que ha desarrollado y está finalizando la fabricación de los 4500 sensores de precisión nanométrica que controlan la posición relativa de cada segmento; la empresa alemana Physik Instrumente, que diseñó y fabrica los 2500 actuadores capaces de posicionar el segmento con precisión nanométrica; y la danesa DSV, que se encarga de transportar los segmentos a Chile.

Una vez pulidos y ensamblados, cada segmento M1 se envía a través del océano para llegar a las instalaciones técnicas del ELT en el Observatorio Paranal de ESO, en el desierto de Atacama, un viaje de 10.000 kilómetros que ya han completado más de 70 segmentos del M1. En Paranal, a pocos kilómetros del lugar de construcción del ELT, cada segmento se recubre con una capa de plata para que se vuelva reflectante, después de lo cual se almacenará cuidadosamente hasta que la estructura principal del telescopio esté lista para recibirlos.

Cuando comience a operar a finales de esta década, el ELT de ESO será el ojo más grande del mundo para mirar al cielo. Abordará los mayores desafíos astronómicos de nuestro tiempo y hará descubrimientos aún inimaginables.

Fuente: noticiasdelaciencia.com

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