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Exploran una mina en Sudáfrica y encuentran dos diamantes ‘imposibles’: solo hay una explicación lógica

Los investigadores encontraron en su interior dos compuestos que, hasta ahora, se pensaba que reaccionaban entre sí hasta desaparecer. Una anomalía difícil de explicar

Investigadores han localizado en una mina de Sudáfrica dos diamantes con una composición tan inusual que se pensaba que no se podía dar en la naturaleza. El hallazgo abre una ventana directa al manto terrestre y a las reacciones químicas que favorecen la formación de estas piedras preciosas.

Las muestras se originaron a profundidades comprendidas entre 280 y 470 kilómetros, en un entorno imposible de estudiar de forma directa. En su interior se detectaron minerales carbonatados oxidados junto a aleaciones de níquel reducidas, dos compuestos que normalmente reaccionan entre sí hasta desaparecer. La presencia simultánea de ambos desconcertó a los especialistas.

Estos diamantes sudafricanos funcionan como cápsulas naturales capaces de trasladar intactos hasta la superficie fragmentos de materiales del manto. Para la ciencia, esas inclusiones resultan más valiosas que la propia gema, al conservar procesos geológicos imposibles de reproducir en laboratorio.

El momento exacto de la reacción

El equipo dirigido por Yaakov Weiss, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, reconoció que inicialmente dejó de lado las piedras por no comprender la anomalía. Tras un examen más exhaustivo, confirmaron que los diamantes habían preservado el instante en que los carbonatos oxidados entraron en contacto con metales reducidos, desencadenando la cristalización de la gema.

Este fenómeno nunca había sido observado de manera natural. “Es básicamente dos extremos del espectro de la oxidación”, explicó Weiss, autor principal del estudio publicado en la revista Nature Geoscience.

Implicaciones para la geología moderna

La investigación obliga a revisar las teorías que situaban los materiales oxidados solo en los primeros 300 kilómetros de profundidad. La aparición de estos compuestos a cotas mayores sugiere que las kimberlitas, las rocas volcánicas que transportan diamantes a la superficie, podrían tener un origen más profundo de lo que se pensaba.

La geóloga Maya Kopylova, de la Universidad de la Columbia Británica, subrayó que hasta ahora existían modelos teóricos, pero pocas pruebas reales. “Lo que sucedía por debajo de 200 kilómetros era solo una hipótesis; ahora tenemos datos que lo confirman”, afirmó la especialista.

Además de replantear el papel de la oxidación en el interior del planeta, el descubrimiento podría aclarar por qué algunos diamantes contienen átomos de níquel en su red cristalina, algo que había desconcertado a la comunidad científica desde hacía décadas. La formación a grandes profundidades podría ser la explicación más plausible a esa anomalía.

Fuente: elconfidencial.com

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