Cada uno de los seres vivos tiene un papel fundamental dentro de la cadena trópica y ocupa un espacio importante dónde, si eliminamos a esa especie las demás pueden ir desapareciendo como un efecto domino.
Sabemos que muchas de las especies de plantas y animales que se encuentran en nuestro entorno pueden considerarse plaga o de importancia médica, al comprometer la salud de los humanos, sin embargo, estos seres vivos realizan procesos ecológicos importantes que seguramente desconocemos.
Tal es el caso de las moscas, nombre común que se le da a un conjunto de especies de insectos voladores pertenecientes al orden de los dípteros. Dentro de este orden se encuentra una amplia variedad de familias, siendo Muscidae la más conocida, ya que en este grupo se encuentra la mosca común que podemos encontrar en todos los hogares.
Las moscas son organismos voladores de gran tamaño, que presentan un cuerpo peludo y emiten un zumbido por su aleteo.
Estos organismos son fundamentales para mantener la buena salud de los ecosistemas terrestres, ya que se alimentan de la materia orgánica rica en nitrógeno (heces) y ayudan a fijarlo al suelo, contribuyendo al ciclo natural de este elemento químico.
¿Por qué las moscas se sienten atraídas por las heces?
Sabemos que las moscas pueden ser molestas y desagradables porque se paran sobre la comida (con la finalidad de alimentarse), pero, sobre todo porque antes de posar sus patas sobre los alimentos que estamos a punto de consumir, seguramente se pararon sobre heces, materia orgánica por la que sienten una gran fascinación y te diremos por qué, a continuación.
En el aire se encuentran millones de partículas y compuestos químicos producidos por las actividades de todos los organismos vivos que habitamos el planeta y, aunque muchas de estas sustancias pasan desapercibidas por el humano, el desarrollado sentido del olfato de las moscas, le permite detectar compuestos irresistibles para ellas.
Las moscas son uno de los animales con el sentido del olfato más desarrollado y de acuerdo con un artículo, «esto les permite detectar compuestos volátiles a grandes distancias y llegar sin dilapidar tiempo ni energía hasta la fuente. Esta «nariz prodigiosa» se encuentra localizada en las antenas, en donde hay unas neuronas –receptoras olfatorias- capaces de captar las moléculas que forman los olores».
Una vez que las moscas detectan estos compuestos volátiles (aunque sea en concentraciones bajas), las neuronas receptoras son las encargadas de emitir una señal eléctrica específica que es emitida desde el axón neuronal, hasta el centro olfativo primario (lóbulo antenal).
¿A qué huelen las heces?
Si bien para la nariz del humano, el olor a excremento puede ser desagradable, existen otros animales quienes encuentran en él una fuente de alimento rica y llena de nutrientes.
«En los excrementos hay cuatro sustancias responsables del mal olor: indol, cadaverina, putrescina y escatol, los cuales se producen a partir de la fermentación pútrida», de acuerdo con la ABC.
Cada uno de estos compuestos se origina a partir de una degradación metabólica y puede ser causado por la presencia de bacterias o exposición al ambiente. En el caso del escatol, este se produce por la degradación de la hemoglobina (proteína encargada del transporte de oxígeno a la sangre) y es asociado al olor de los gases intestinales.
El motivo por el cual las moscas sienten una atracción irresistible por este compuesto, es por qué les ayuda a localizar los excrementos, el lugar en el que depositarán sus huevos y las larvas puedan alimentarse de la materia fecal que contiene gran cantidad de proteínas, minerales, grasas e hidratos de carbono.
Fuente: ensedeciencia.com