Los astros se encuentran en la nebulosa NGC1333 y podrían ser indicadores de la formación de un nuevo sistema planetario
El telescopio espacial James Webb (JWST) es el telescopio más poderoso jamás construido. Lanzado en diciembre de 2021 y desarrollado por la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), es el sucesor del famoso Hubble. Hoy en día, no deja de sorprendernos con sus descubrimientos en el espacio-tiempo, especialmente en el estudio de las primeras galaxias formadas después del Big Bang, la evolución de las estrellas y planetas, y otros fenómenos cósmicos.
Esta vez, la tecnología de este telescopio, que nunca decepciona, ha servido para descubrir seis posibles planetas rebeldes, también conocidos como planetas interestelares o planetas huérfanos. Estos son cuerpos celestes que no están vinculados gravitacionalmente a ninguna estrella. Es decir, a diferencia de la Tierra u otros planetas que orbitan alrededor del Sol, estos planetas vagan libremente por el espacio interestelar.
Cómo se forman los planetas huérfanos
Los planetas rebeldes pueden formarse de dos maneras principales. La primera es la expulsión de un sistema planetario. En esta situación, un planeta que inicialmente se formó alrededor de una estrella es expulsado debido a interacciones gravitacionales con otros cuerpos masivos dentro del mismo sistema. La segunda forma es a través del colapso directo de una nube de gas y polvo en el espacio. Este tipo de formación no requiere la presencia de una estrella, por lo que estos planetas nacen huérfanos.
Respecto a los planetas recientemente encontrados, The Astronomical Journal ha publicado un estudio en el que han dado nombre a lo observado por el gran telescopio: la nebulosa NGC 1333. Dicho nombre hace referencia a la actividad dinámica de polvo y nubes interestelares observada, un escenario ideal para la creación de planetas errantes.
La Agencia Espacial Europea ha publicado la fotografía de la nebulosa y, aunque tradicionalmente se consideran raros en la Vía Láctea, los recientes datos obtenidos por el telescopio Webb sugieren que este tipo de cuerpos celestes podría constituir aproximadamente el 10% del cúmulo estelar en estudio.
Los seis planetas de la nebulosa NGC 1333
Los datos obtenidos por el telescopio James Webb han revelado que los planetas son gigantes gaseosos con masas entre cinco y diez veces la de Júpiter, lo que los sitúa entre los objetos de menor masa descubiertos hasta ahora. Estos planetas se forman a través de un proceso que generalmente produce estrellas y enanas marrones, lo que sugiere que los mismos mecanismos cósmicos responsables de la formación estelar también pueden originar objetos de masa planetaria.
Los astrónomos, utilizando la sensibilidad del Webb en longitudes de onda infrarrojas, han estado explorando los límites del proceso de formación estelar, investigando cómo estos objetos, que se asemejan a un Júpiter joven, podrían haberse convertido en estrellas bajo diferentes condiciones. Sin embargo, las observaciones del telescopio no han detectado ningún objeto inferior a cinco veces la masa de Júpiter, lo que indica que los objetos más ligeros probablemente se forman de manera similar a los planetas, en lugar de como estrellas.
Estos hallazgos confirman que la naturaleza produce objetos de masa planetaria a través de dos procesos diferentes: la contracción de una nube de gas y polvo, que es el mecanismo de formación estelar, y la acumulación de material en discos alrededor de estrellas jóvenes, como ocurrió con Júpiter en nuestro sistema solar.
Cabe resaltar que el más intrigante de los planetas observados es también el más ligero de los planetas descubiertos. Con una masa estimada de cinco veces la de Júpiter, se formó probablemente como una estrella, debido a la presencia de un disco de polvo que gira alrededor de él. Estos discos también son indicadores de que existe una formación de planetas.
Aleks Scholz, astrofísico de la Universidad de St. Andrews, afirma que los planetas huérfanos de la nebulosa NGC 1333, con masas comparables a las de los planetas gigantes, podrían ser capaces de formar sus propios planetas tal y como los conocemos ahora. «Esto podría ser el semillero de un sistema planetario en miniatura, en una escala mucho menor que nuestro sistema solar».
¿Son habitables los planetas de la NGC1333?
Aunque es muy pronto para confirmarlo, los planetas de la nebulosa NGC 1333, según los datos disponibles, no parecen tener las condiciones para ser habitables para la vida tal como la conocemos. Estos planetas son gigantes gaseosos, lo que significa que carecen de una superficie sólida donde podría desarrollarse vida.
Además, la composición de estos planetas, con atmósferas densas de gas y posiblemente temperaturas extremas, hace que las condiciones sean inhóspitas para la vida, incluso para microorganismos. Eso sin mencionar que la falta de una fuente de energía estable, como la luz solar, en estos ambientes profundos y densos, haría aún más difícil la existencia de cualquier forma de vida. Aunque son fascinantes desde el punto de vista científico, no son candidatos para albergar vida.
Fuente: larazon.es