Los membrácidos (familia Membracidae) son insectos conocidos por su asombrosa diversidad morfológica: hay más de tres mil especies de membrácidos y varían significativamente en forma anatómica, con rasgos como cuernos, espinas, bolas y hasta tridentes.
Debido a su aspecto inusual, estos insectos han interesado desde hace mucho tiempo a los expertos, pero estos no han podido explicar de manera definitiva la función de estas extrañas formas anatómicas. Algunas funciones sugeridas, como el camuflaje, el mimetismo o la defensa física, son plausibles para algunas especies específicas, pero no para toda la familia de los membrácidos.
Basándose en sus recientes descubrimientos de que insectos como las abejas y las orugas pueden detectar la electricidad estática, el equipo de Sam England y Daniel Robert, ambos de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, se propuso comprobar si las formas corporales extremas de los membrácidos pueden ayudarlos a detectar la electricidad estática.
Los investigadores constataron que unas avispas que son depredadoras típicas de los membrácidos emiten electricidad estática y también descubrieron que los membrácidos se alejan de los campos eléctricos.
Utilizando métodos computacionales, los autores del nuevo estudio han demostrado que las morfologías extremas de los membrácidos aumentan la intensidad del campo eléctrico alrededor del cuerpo del animal, lo que probablemente aumenta su sensibilidad a la electricidad estática. En otras palabras, esas estructuras extrañas les sirven de sensores para detectar electricidad estática.
El equipo también descubrió que las citadas avispas depredadoras llevan cargas electrostáticas significativamente diferentes (tanto en magnitud como en polaridad) de las cargas electrostáticas portadas por las abejas sin aguijón, que a menudo protegen a los membrácidos de los depredadores. Esto podría significar que los membrácidos pueden distinguir entre amigos y enemigos sin necesitar más ayuda que las señales eléctricas.
Todo esto puede constituir una razón evolutiva más que suficiente para que posean estructuras corporales eficaces para detectar la electricidad estática y reconocer patrones en ella.
El estudio se titula “Electroreception in treehoppers: How extreme morphologies can increase electrical sensitivity”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences
Fuente: noticiasdelaciencia.com