“Apuesto una taza de café para cada uno aquí presente que vamos a encontrar extraterrestres dentro de un par de décadas”.
La provocativa frase pertenece al astrónomo Seth Shostak del Instituto para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), con sede en California, Estados Unidos.
Su predicción fue hace ya una década.
Aunque en su momento la citada charla de Shostak en Alemania no fue tomada con seriedad, desde entonces mucho ha cambiado.
Tal es así que el investigador de este instituto sin fines de lucro centrado en la búsqueda de vida inteligente fue invitado el año pasado a brindar unos coloquios en la NASA llamados: “¿Cuándo encontraremos a E.T. y qué pasa si lo logramos?”.
Según la agencia espacial estadounidense, “si bien la apuesta de Shostak aún no se ha cerrado, muchos afirman que el optimismo alrededor de encontrar vida más allá de la Tierra —no necesariamente vida inteligente— está en aumento”.
Incluso hubo una época en que la NASA encabezaba el equipo de los optimistas.
“Temporada de caza marciana”
A fines de los 60, la NASA se unió tímidamente a los esfuerzos del SETI a través de diversos programas.
Recién en octubre de 1992 la agencia espacial dio inicio a un programa SETI “formal y más intenso”, informan en su web. Consistía en una financiación de US$100 millones durante diez años para buscar vida extraterrestre inteligente.
Sin embargo, un año más tarde, el Congreso de EE.UU. lo canceló.
En aquel entonces, el senador demócrata Richard Bryan afirmó sobre la ley que clausuró el llamado proyecto Estudio de Microondas de Alta Resolución (HRMS, por su sigla en inglés): “Espero que esto marque el final de la temporada de caza marciana con los impuestos de los contribuyentes”.
Y así fue.
“Hoy en día la NASA no tiene ningún programa SETI y no solicita propuestas de este estilo a los astrónomos”, escribió este miércoles Jason Wright, profesor de astronomía y astrofísica de la Universidad Estatal de Pensilvania, EE.UU., en una columna de opinión publicada por la influyente revista Scientific American.
“Como consecuencia —continuó—, el campo se atrofió, quedando solo un puñado de practicantes y casi ninguna fuente para entrenar a más”.
Pero, tras 25 años, la postura de la NASA puede cambiar.
La agencia espacial solicitó a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE.UU. que evalúen cuál es el estado de situación de la búsqueda de vida en el Sistema Solar y sistemas planetarios extrasolares.
Para Wright, el reporte a entregarse en agosto debe aconsejar que los programas de apoyo a SETI se reanuden.
Pero, para eso, escribió el astrofísico, la NASA (y el Congreso de EE.UU.) deben superar algunos prejuicios.
Los cuatro factores
Wright reconoció que no está enteramente claro por qué la NASA ha demorado tanto en incluir programas de búsqueda de vida extraterrestre inteligente en sus investigaciones astrobiológicas.
De hecho, los estatutos de la NASA no le prohíben apoyar al SETI. Su bloqueo, afirmó el profesor, está definido por cuatro factores.
1. “Factor risitas”
Un artículo de 1999 sobre la cancelación del proyecto HRMS de la NASA, publicado en la revista Journal of the British Interplanetary Society, ya hablaba de cómo este “sufrió el factor risitas desde sus inicios”.
El problema, explicaba Stephen Garber de la Oficina de Historia de la NASA, estaba en que ha sido “erróneamente asociado con la búsqueda del ‘pequeño humano verde’ y los objetos voladores no identificados (OVNI)”.
El propio senador Bryan bromeó con la “cacería marciana” para desmerecer al programa científico.
“La NASA debería luchar contra este tipo de actitudes de mente pequeña”, escribió Wright.
2. “Todo o nada”
La idea de que, hasta que no se encuentre o haga contacto con un alienígena inteligente, el SETI es un completo fracaso, está equivocada, afirmó el astrofísico Scientific American.
Es que la ciencia no debe juzgarse por el “todo o nada”.
Básicamente, el SETI define a la vida inteligente como cualquiera capaz de construir un transmisor de radio. Por eso, la “escucha” de patrones no aleatorios de emisiones electromagnéticas ha estado en el centro de sus investigaciones.
Según Wright, esto “condujo a importantes avances en la instrumentación radial y muchos falsos positivos del SETI han demostrado ser nuevos y emocionantes fenómenos astrofísicos”, como los púlsares.
3. “Nada que encontrar”
“Existe la percepción errónea de que, dado que la radio SETI ha estado activa por décadas, su fracaso hasta la fecha significa que no hay nada que encontrar”, escribió el científico estadounidense.
Pero, en su opinión, la falta de fondos han limitado las posibilidades reales de dicha organización de explorar algo que no sea “una pequeña fracción del espacio”.
4. “No precisa de la NASA”
Wright sostuvo que “existe una percepción errónea” de que el SETI seguirá investigando con o sin el apoyo de la NASA.
Y ejemplificó con el Telescopio Allen, un proyecto que comenzó en 1997 y, desde entonces, no ha conseguido la financiación privada necesaria “para completar la matriz o financiar sus operaciones”.
Este debería volver a ser el rol de la NASA, aseguró Wright. De lo contrario, “en retrospectiva, nos preguntaremos por qué fuimos tan reacios al éxito”.
Fuente: BBC