Este 16 de julio se cumplen 25 años del inicio de la secuencia de impactos protagonizada por el cometa Shoemaker-Levy 9 (S-L9) contra el planeta Júpiter.
Aquel fenómeno del verano de 1994 proporcionó la primera observación directa de una colisión extraterrestre entre objetos del sistema solar, que además tenía la predicción de los científicos.
Esto generó una gran cobertura en los medios de comunicación hasta tal punto que el S-L9 se hizo popular y fue observado por astrónomos de todo el planeta dada su importancia a nivel científico. Asimismo, los impactos proporcionaron nueva información sobre Júpiter y destacaron su papel en la reducción de basura espacial del sistema solar interior.
Descubierto por Carolyn y Eugene Shoemaker y David Levy, fue encontrado en la noche del 24 de marzo de 1993 en una fotografía tomada con la cámara de Schmidt del Observatorio Palomar en California (EUA), convirtiéndose en el primer cometa observado girando alrededor de un planeta en lugar del Sol, algo bastante inusual.
En julio de 1992, la órbita del SL9 pasó junto al límite de Roche de Júpiter y las fuerzas de marea presionaron hasta destrozar al cometa, que posteriormente fue observado como una serie de 23 fragmentos de hasta 2 kilómetros de diámetro, los cuales terminaron chocando con el hemisferio sur de Júpiter entre los días 16 y 22 de julio de 1994 a una velocidad de aproximadamente 60 kilómetros por segundo.
Cada choque generó una cicatriz, esto es, una mancha oscura, cada una de las cuales fue más visible que la Gran Mancha Roja y se mantuvieron allí durante varios meses, informa Wikipedia..
Fuente: EP