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Diseñan un aerosol que convierte materiales inanimados en máquinas móviles a escala de insectos

Diseñan un aerosol que convierte materiales inanimados en máquinas móviles a escala de insectos

No es un fragmento de El monstruo de Frankenstein, de Mary Shelley: se puede animar la materia inanimada con un simple aerosol. El aerosol contiene partículas de hierro, alcohol polivinílico y gluten, que se combinan con el agua para formar pieles magnéticas pegajosas o ‘pieles M’.

Gracias a las propiedades magnéticas del aerosol, se ha logrado dar vida a objetos ordinarios como papel de origami e hilo de algodón, según un estudio publicado en Science Robotics.

Milirobots

Los investigadores capturaron imágenes de los ‘milirobots’ rodando, nadando y caminando, pero también realizaron tareas con un propósito más relevante: procedimientos biomédicos simulados. Los catéteres robóticos navegaban por los vasos sanguíneos estrechos y las cápsulas en forma de huevo suministraban medicamentos al estómago de los conejos vivos.

Esta es la magia de este spray, que propone un enfoque minimalista para construir milirobots mediante el recubrimiento de objetos inanimados con un aerosol magnético aglutinado compuesto. Como se ve en el vídeo, el objeto real de este experimento es crear milirobots capaces de introducirse en las arterias o el estómago, y eliminar bloqueos gracias al movimiento, o bien liberar medicamentos:

Este enfoque permite cubrir una variedad de objetos unidimensionales con una película lo suficientemente delgada como para preservar el tamaño, la morfología y la estructura originales de los objetos mientras proporciona una actuación de hasta cientos de veces su propio peso. Bajo la activación de un campo magnético, los milirobots pueden demostrar una variedad de habilidades locomotoras.

Además, se puede reprogramar y desintegrar la película magnética de los milirobots en cualquier momento. El líquido comienza a desintegrarse a partir de unos ocho minutos en un ambiente fuertemente ácido (pH 1), pero su durabilidad hasta cerca de 15 minutos si se le añade una capa adicional de PVA, mientras que si se remplazan las partículas de hierro por otras de níquel podría mantenerse estable incluso más de media hora.

Fuente: xatakaciencia.com

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