Entre las cerca de 200 moléculas descubiertas hasta ahora en el espacio destacan las orgánicas por asociarse también con la vida, y entre ellas las aromáticas, que cuentan con un anillo hexagonal de átomos de carbono. Los astrónomos saben que son abundantes en el universo porque sus característicos patrones de emisión en el infrarrojo se observan en múltiples entornos espaciales.
Sin embargo, la identificación precisa de estas moléculas aromáticas en el medio interestelar resulta muy difícil, y hay que recurrir a sofisticadas técnicas de radioespectroscopía para detectar las emisiones de radio más débiles y avanzar en este campo.
Es lo que ha hecho un equipo internacional de astrónomos, liderado por el invetigador Brett A. McGuire del National Radio Astronomy Observatory de Charlottesville (EE UU), para encontrar marcadores de benzonitrilo mientras ‘radiorrastreaban’ la nube molecular de Tauro (en concreto la región 1 o TMC-1), una enorme guardería estelar situada a 450 años luz de nuestro planeta en la constelación de Tauro.
El benzonitrilo (C6H5CN) es una de las moléculas aromáticas más simples que contienen nitrógeno, y su descubrimiento en TMC-1 supone la primera vez que una molécula de este tipo se identifica en el espacio utilizando radioespectroscopía.
El avance, que se publica esta semana en la revista Science, “también arroja luz sobre la composición de las sustancias aromáticas dentro del medio interestelar, un material que finalmente se incorporará a nuevas estrellas y planetas”, destaca McGuire y los otros autores.
Experimentos en el laboratorio y radiobservaciones
Para confirmar la detección, los investigadores han llevado a cabo exhaustivos experimentos de laboratorio para medir de forma precisa las diferentes transiciones rotacionales que puede tener el benzonitrilo.
Después, al comparar sus datos experimentales con las observaciones de la TMC1 captadas desde el radiotelescopio dirigible más grande del mundo, el Robert C. Byrd Green Bank Telescope (EE UU), pudieron detectar nueve de las transiciones rotacionales de esa moléculas, confirmando los registros anteriores.
En un artículo paralelo, publicado también en Science por los científicos Christine Joblin de la Universidad de Toulouse (Francia) y José Cernicharo del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), se valora este descubrimiento: “Entre otras aplicaciones, estudiar la composición de moléculas orgánicas en el espacio es clave para entender la complejidad molecular en los discos protoplanetarios que rodean a las estrellas jóvenes”.
Fuente: SINC