Imágenes del universo distante tomadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA han resultado sorprendentemente útiles para saber más sobre los asteroides.
Un equipo de astrónomos e ingenieros de software de la ESA pusieron en marcha el pasado mes de junio el proyecto de ciencia ciudadana Hubble Asteroid Hunter, para el que pidieron al público que los ayudara a localizar los asteroides observados por casualidad en las imágenes de archivo de Hubble.
Gracias al proyecto, más de 1.900 voluntarios han identificado más de 300.000 rastros de asteroides en cerca de 11.000 imágenes en tan solo mes y medio, completando el proyecto con una rapidez y un entusiasmo que superaron las expectativas del equipo.
La aficionada a la astronomía Melina Thévenot, desde Alemania, fue una de las voluntarias del proyecto. Mientras analizaba datos de Hubble, detectó el rastro de un asteroide en el primer plano de una imagen de 2005 de la nebulosa del Cangrejo, uno de los objetos más famosos del cielo nocturno.
Según informa la ESA, inspirada por esta combinación, Melina decidió procesar la imagen original de Hubble combinando vistas tomadas con filtros azul, verde y rojo, para crear la escena en color que vemos en la imagen. El tenue rastro de 2001 SE101, uno de los asteroides del cinturón principal, descubierto por el programa LINEAR en 2001, se puede apreciar en la línea curva que atraviesa la imagen desde la parte inferior izquierda hacia la superior derecha, cerca del centro de la nebulosa.
La nebulosa del Cangrejo, también conocida como Messier 1 o M1, fue el primer objeto registrado por el astrónomo francés Charles Messier en su famoso catálogo de objetos del espacio profundo. Se trata de los restos en expansión de una brillante supernova observada por astrónomos en 1054.
Aunque la alineación fortuita de un objeto relativamente cercano el asteroide con la lejana nebulosa resulta fascinante, no es algo totalmente inesperado. De hecho, da la casualidad de que la nebulosa del Cangrejo, que Hubble ha observado en casi 300 ocasiones, se encuentra cerca de la eclíptica, el plano orbital donde residen la mayoría de los asteroides del Sistema Solar. Así, era cuestión de tiempo que uno de ellos se cruzara en una observación de este remanente de supernova prototípico.
Ahora que los voluntarios ya han señalado los rastros de asteroides, es el momento de que los astrónomos determinen sus órbitas y futuras trayectorias. Conociendo la fecha y la hora en que Hubble tomó las imágenes, pueden utilizar los rastros marcados en las imágenes para inferir las posiciones y las velocidades de los asteroides.
Fuente: EP