La nueva fórmula se puede aplicar en disciplinas fundamentales, especialmente en la industria alimentaria y avícola
El huevo es uno de los alimentos principales dentro de la dieta mediterránea. Su versatilidad en la cocina permite implementarlo en muchas recetas. Este uso tan extendido hace que se haya convertido también en objetivo de la ciencia, no solo en el ámbito nutricional, sino también en el matemático.
En esta ocasión, ha sido la forma de huevo la que, desde un punto de vista analítico, ha sido estudiada por los investigadores, ya que se trata de un aspecto muy apreciado por su evolución y tiene unas características que hacen al huevo peculiar:
- Es lo suficientemente grande como para incubar un embrión.
- Es lo suficientemente pequeño para salir del cuerpo de la manera más eficiente.
- Tiene la forma perfecta para no rodar una vez colocada.
- Es estructuralmente lo suficientemente sólida como para soportar peso y ser el comienzo de la vida de muchas especies.
Es por esto por lo que al huevo se le ha llamado la “forma perfecta” y por lo que, ahora, un nuevo estudio, publicado en Annals of the New York Academy of Sciences, ha conseguido promulgar una nueva fórmula matemática universal capaz de describir la forma del huevo de cualquier pájaro existente en la naturaleza, una meta que no había sido alcanzada hasta ahora.
Las cuatro figuras geométricas del huevo
El análisis de todas las formas de huevo utilizó cuatro figuras geométricas: esfera, elipsoide, ovoide y piriforme (cónica o en forma de pera), con una fórmula matemática para la piriforme que aún no se ha derivado.
Para rectificar esto, los investigadores de la Universidad de Kent introdujeron una función adicional en la fórmula ovoide, desarrollando un modelo matemático para ajustarse a una forma geométrica completamente novedosa caracterizada como la última etapa en la evolución de la esfera-elipsoide, que es aplicable a cualquier geometría de huevo.
Esta nueva fórmula matemática universal para la forma del huevo se basa en cuatro parámetros: longitud del huevo, anchura máxima, desplazamiento del eje vertical y diámetro a un cuarto de la longitud del huevo.
Esta fórmula universal tan buscada es un paso significativo en la comprensión no solo de la forma del huevo en sí, sino también de cómo y por qué evolucionó, lo que hace posible aplicaciones biológicas y tecnológicas generalizadas.
Las descripciones matemáticas de todas las formas básicas de huevos ya han encontrado aplicaciones en la investigación alimentaria, la ingeniería mecánica, la agricultura, las biociencias, la arquitectura y la aeronáutica. Como ejemplo, esta fórmula se puede aplicar a la construcción de ingeniería de recipientes de paredes delgadas con forma de huevo, que deberían ser más fuertes que los típicos esféricos.
Las aplicaciones de esta nueva fórmula
Esta nueva fórmula es un avance importante con múltiples aplicaciones que incluyen:
- Descripción científica competente de un objeto biológico. Ahora que un huevo puede describirse mediante una fórmula matemática, el trabajo en los campos de la sistemática biológica, la optimización de los parámetros tecnológicos, la incubación del huevo y la selección de las aves de corral se simplificarán enormemente.
- Determinación precisa y sencilla de las características físicas de un objeto biológico. Las propiedades externas de un huevo son vitales para los investigadores e ingenieros que desarrollan tecnologías para incubar, procesar, almacenar y clasificar huevos. Existe la necesidad de un proceso de identificación simple que utilice el volumen del huevo, el área de la superficie, el radio de curvatura y otros indicadores para describir los contornos del huevo, que proporciona esta fórmula.
- Ingeniería inspirada en la biología del futuro. El huevo es un sistema biológico natural estudiado para diseñar sistemas de ingeniería y tecnologías de vanguardia. La figura geométrica en forma de huevo se adopta en arquitectura, como el techo del Ayuntamiento de Londres y el pepinillo, y en la construcción ya que puede soportar cargas máximas con un consumo mínimo de materiales, a los que ahora se puede aplicar fácilmente esta fórmula.
“La fórmula se puede aplicar en disciplinas fundamentales, especialmente en la industria alimentaria y avícola”.
Darren Griffin, profesor de genética en la Universidad de Kent e investigador principal de la investigación, dijo en un comunicado: “Los procesos evolutivos biológicos como la formación de huevos deben investigarse para la descripción matemática como base para la investigación en biología evolutiva, como se demuestra con esta fórmula. La fórmula se puede aplicar en disciplinas fundamentales, especialmente en la industria alimentaria y avícola, y servirá de impulso para futuras investigaciones inspiradas en el huevo como objeto de investigación”.
Fuente: 20minutos.es