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Descubren un antiguo rompeolas de época romana bajo las aguas de la bahía de Miseno, en Italia

En una operación de recuperación submarina frente a la costa de Bacoli, en el sur de Italia, los arqueólogos han descubierto un rompeolas de época romana construido con materiales arquitectónicos reciclados, un hallazgo que arroja nueva luz sobre la antigua ingeniería marítima romana

Bajo las aguas del puerto de la colonia romana de Miseno, en la actual localidad italiana de Bacoli, un equipo de arqueólogos e investigadores de la Superintendencia del Área Metropolitana de Nápoles (ABAP) ha sacado a la superficie algunos elementos de época romana que formaban parte de rompeolas del puerto. Se trata de fragmentos arquitectónicos y escultóricos del antiguo Portus Iulius, donde estaba anclada la élite de la flota romana, la conocida como Classis Misenensis.

Se trata de la misma flota que comandó Plinio el Viejo durante la catastrófica erupción del Vesubio en el año 79. Avisado por su sobrino, Plino el Joven, Plinio el Viejo ordenó de inmediato preparar su liburna personal (una ligera embarcación con dos filas de remeros) y varios cuadrirremes (buques de guerra) para poner rumbo a Estabia, en el golfo de Nápoles, a seis kilómetros al sur de Pompeya, con la intención de ayudar a huir a la población amenazada por la furia del volcán.

El yacimiento se sitúa frente a la entrada del antiguo puerto romano, y se extiende a lo largo de noventa metros entre Punta Terone y Punta Pennata. Ya en la década de 1980, esta zona había sido el escenario de descubrimientos esporádicos, pero se tuvo que esperar a 1996 para llevar a cabo excavaciones sistemáticas que revelaron su potencia arqueológica: estatuas, basas con inscripciones, fragmentos de arquitrabes y columnas que hoy se conservan en el Museo Arqueológico de los Campos Flegreos, en Bayas.

Diques de contención

Según los investigadores, este rompeolas no se creó a causa del derrumbe de los edificios colindantes ni tampoco por el bradisismo, un fenómeno ligado al vulcanismo, típico de la región, sino que fue construido por la mano del hombre. Según las hipótesis, estos restos se habrían dispuesto en el fondo marino para crear una barrera protectora contra los embates del viento de siroco, cumpliendo una función similar a la de los modernos diques.

«Las marcas de erosión por el efecto de litodomos (barrenadores marinos) y la exposición a los elementos, muestran que estos fragmentos estuvieron expuestos a la intemperie antes de ser depositados cuidadosamente en el lecho marino con el objetivo de crear una barrera contra el viento de siroco, de un modo muy similar a los actuales rompeolas», explicó Simona Formola, arqueóloga responsable de la Oficina de Arqueología Subacuática de la Superintendencia.

Para los trabajos de excavación, los investigadores emplearon escáneres en 3D, fotogrametría de alta resolución e imágenes hiperespectrales. Además cartografiaron por completo el yacimiento antes de proceder al rescate de los objetos más significativos, como dos arquitrabes de mármol con molduras en relieve y un fragmento de columna de mármol cipollino sacado a la superficie con la ayuda de globos de elevación.

Tras su extracción, las piezas serán sometidas a un meticuloso proceso de desalinización y restauración en el Parque Borbónico del Fusaro, antes de integrarse a la exposición permanente del Palazzo dell’Ostrichina, un edificio histórico cedido por el Ayuntamiento de Bacoli.

«Estos hallazgos no solo enriquecen nuestro conocimiento del paisaje urbano de Miseno, sino que reflejan su relevancia política y cultural en el Mediterráneo antiguo», ha destacado Mariano Nuzzo, miembro de la Superintendencia del Área Metropolitana de Nápoles.

Para finalizar, los investigadores han manifestado que este descubrimiento confirma cómo los ingenieros romanos, influenciados por las técnicas helenísticas, combinaron tanto la estética arquitectónica como la funcionalidad. «Además, se ha demostrado cómo la arqueología, la preservación del patrimonio y la cooperación entre los distintos estamentos pueden aunar esfuerzos para proteger el pasado», concluyen desde la Superintendencia.

Fuente: historia.nationalgeographic.com

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