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Descubren un tipo de formación mineral único en el país bautizado como «campanas del inframundo»

Descubren un tipo de formación mineral único en el país bautizado como "campanas del inframundo"

Un grupo de expertos descubrieron un tipo de formación mineral único en el país bautizado como «campanas del inframundo», unas estalactitas que crecieron bajo el agua gracias a la ayuda de bacterias y arqueas, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Las estructuras colgantes con forma de campana o trompeta -que alcanzan una altura de dos metros y un diámetro de 80 centímetros en su parte más ancha- fueron halladas en el cenote Zapote, ubicado en el sureño estado de Quintana Roo, siendo la primera vez que se documenta este tipo de formaciones en México.

Un grupo de expertos descubrieron un tipo de formación mineral único en el país bautizado como «campanas del inframundo», unas estalactitas que crecieron bajo el agua gracias a la ayuda de bacterias y arqueas, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Las estructuras colgantes con forma de campana o trompeta -que alcanzan una altura de dos metros y un diámetro de 80 centímetros en su parte más ancha- fueron halladas en el cenote Zapote, ubicado en el sureño estado de Quintana Roo, siendo la primera vez que se documenta este tipo de formaciones en México.

Un equipo de espeleobuceo compuesto por científicos alemanes y mexicanos exploró el cenote por primera vez recolectando muestras de las «campanas» y del agua que las rodeaba, indica Infrome21.

Un equipo de espeleobuceo compuesto por científicos alemanes y mexicanos exploró el cenote por primera vez recolectando muestras de las «campanas» y del agua que las rodeaba. (Foto: Carters News Agency)

Por su tamaño y origen microbiológico puede decirse que son los biotemas más grandes del mundo.

Este tipo de crecimiento bajo el agua solo se había detectado en contadas ocasiones en cuevas en Nuevo México, España, Alemania y en los Alpes.

Tras la realización de un estudio de fechamiento, el director del Instituto de la Prehistoria de América, Jerónimo Avilés Olguín, indicó que las campanas tenían alrededor de 4.500 años en su capa más antigua y casi 300 años en su capa más reciente.

Un equipo de espeleobuceo compuesto por científicos alemanes y mexicanos exploró el cenote por primera vez recolectando muestras de las «campanas» y del agua que las rodeaba.

Las muestras fueron enviadas al doctor Wolfgang Stinnesbeck de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, para conocer la edad de las «campanas» e identificar a los microorganismos en ellas y en el agua.

El resultado obtenido permite afirmar que las espeleotemas han ido creciendo desde mediados del Holoceno (periodo del planeta tierra que comenzó en el 10.000 a.C) hasta la actualidad.

Hace aproximadamente 10.000 años, el nivel del mar estaba 100 metros por debajo del nivel actual y las cuevas y cenotes de la Península de Yucatán estaban secas.

Cuando la temperatura del planeta aumentó, los glaciares se derritieron y el nivel del agua aumentó hasta alcanzar su nivel actual hace 4.500 años.

Esto quiere decir que las «campanas del inframundo» crecieron completamente bajo el agua, algo único entre los espeleotemas.

La formación de las estalactitas y estalagmitas suele atribuirse a procesos físicos, específicamente a la disolución, el escurrimiento y el depósito de agua con minerales en la cueva.

Las campanas no pudieron haberse formado de esta manera, de modo que los científicos le dieron otra explicación: en ellas vivía un tipo de bacterias que no estaban presentes en el agua del cenote ni a mayor profundidad, detalló Conacyt.

Al parecer, para realizar sus funciones vitales, estas bacterias utilizan el dióxido de carbono (CO2) en el agua y al hacerlo disminuyen su acidez y su capacidad para retener minerales disueltos.
Esto genera un microambiente que ocasiona que los minerales precipiten y, capa por capa, originen la existencia de las «campanas».

Este microambiente también se ve influenciado por las condiciones fisicoquímicas que se generan a 30 metros de profundidad, en la haloclina, una capa de salinidad media donde el agua dulce de la lluvia y el agua salada del mar se dan cita.

Fuente: elimparcial.com

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