Los investigadores calificaron al cerebro como una “máquina del tiempo” porque demostraron que nos permite “vivir constantemente en el pasado”
Los objetos que son captados por los ojos aparentan ser estables, a pesar de que las imágenes en la retina cambian por la variabilidad de la luz, oclusiones, discontinuidades y perspectiva. La explicación más moderna de este déficit gira en torno a una ceguera por falta de atención que afecta la capacidad de la memoria visual a corto plazo.
Sin embargo, mediante un estudio publicado en Science Advances por los profesores Mauro Manassi y David Whitney de las universidades de Aberdeen y de California, respectivamente, se ha podido explicar esa ilusión de estabilidad. “En lugar de analizar cada instantánea visual, percibimos en un momento dado un promedio de lo que vimos en los últimos 15 segundos”, apuntaron en un artículo para el medio The Conversation.
Ellos califican al cerebro como una “máquina del tiempo” porque nos permite vivir en el pasado. A raíz de eso, según el dúo de científicos, no notamos los cambios sutiles ante nuestra mirada rápida.
En el siguiente video, el círculo blanco que flota a la derecha determina los posibles movimientos oculares, mientras que a la izquierda se muestra la visibilidad nerviosa y desordenada:
“Si nuestros cerebros estuvieran siempre actualizándose en tiempo real, el mundo se sentiría como un lugar caótico con constantes fluctuaciones de luces, sombras y movimiento. Nos sentiríamos como si estuviéramos alucinando todo el tiempo”, mencionan ambos en el artículo.
Para probar la ilusión, los investigadores realizaron siete experimentos en cientos de voluntarios. A los dos primeros grupos (44 y 45 participantes cada uno) se les pidió que marcaran la edad de una cara estática. Al tercer grupo se le presentó una cara joven que iba envejeciendo con el paso del tiempo.
Asimismo, se probó un método inverso: un cuarto grupo de participantes vio una película de un rostro que se transformó de viejo a joven. Inclusive, más adelante, se presentó un material visual donde caras femeninas se convertían gradualmente en masculinas.
“En lugar de ver la última imagen en tiempo real, los humanos en realidad ven versiones anteriores porque el tiempo de actualización de nuestro cerebro es de unos 15 segundos. Así que esta ilusión demuestra que el suavizado visual con el tiempo puede ayudar a estabilizar la percepción”, escribieron.
“Lo que el cerebro está haciendo esencialmente es procrastinar”, afirmaron después; es decir, está en un constante aplazamiento de sus obligaciones como órgano central.
El sistema visual estaría sacrificando su precisión para darnos una mayor experiencia sensorial y fluida de lo que apreciamos. Los investigadores lo comparan a nuestra falta de razonamiento y rápida comprensión de eventos.
Por ejemplo, es difícil darse cuenta cuando en un film un actor doble reemplaza en una escena de acción al protagonista. Simplemente el cerebro asume la continuidad por encima del análisis de los rostros o las características que diferencian a esas dos personas.
Frente a la evidencia, los expertos concluyen: “La demora es excelente para evitar que nos sintamos bombardeados por información visual todos los días, pero también puede tener consecuencias de vida o muerte cuando se necesita precisión absoluta (…). La lentitud de nuestro sistema visual para actualizarse puede hacernos ciegos a los cambios inmediatos porque se aferra a nuestra primera impresión y nos empuja hacia el pasado”.
Fuente: larepublica.pe