Investigadores brasileños de la Universidad de São Paulo (USP) y de la Universidad Estatal Paulista (UNESP) han descrito el inusual método que ‘Chrysomya megacephala’, conocida como mosca verde, utiliza para reducir su temperatura corporal, liberando gotas de saliva, esperando a que se evaporen y enfríen y posteriormente reingiriéndolas. El trabajo se ha publicado hoy en la revista ‘Scientific Reports’.
Como explica a DiCYT uno de los autores del estudio, Guilherme Gomes, este comportamiento se observó por casualidad mientras desarrollaban otra investigación. La mosca verde tiene importancia a nivel médico y veterinario y también a nivel forense, utilizándose, por ejemplo, para estimar el intervalo de tiempo ‘post mortem’ (denominado IPM en criminalística). Durante el trabajo de doctorado de Gomes, mientras analizaba el efecto de algunas drogas y de la temperatura en la alteración del IPM en estas moscas en estado larval y en adultos, encontró este comportamiento.
“Durante la recolección de los datos utilizando una cámara infrarroja observé ese comportamiento por casualidad al revisar los videos termográficos en ausencia de luz. A partir de ahí nos enfocamos en entender el proceso y describir fisiológicamente y matemáticamente la eficiencia de este comportamiento”, asegura el investigador, quien ha trabajado en ello en su proyecto de post-doctorado con el profesor de la USP Roland Köberle.
También ha contado con el apoyo de su director de tesis, Claudio José Von Zuben, y del investigador Denis Vieira de Andrade, quien trabaja desde hace 15 años en esta línea de termofisiología y termorregulación, dentro del grupo de Fisiología Comparada de la UNESP, todos ellos coautores del artículo.
Gomes y sus colegas descubrieron que la mosca libera gotitas de saliva que se evaporan parcialmente y se enfrían. Estas gotas son de nuevo ingeridas por la mosca, lo que ayudaría a reducir su temperatura corporal. Los autores hallaron que la mosca verde repetía el comportamiento con mayor frecuencia a medida que aumentaba la temperatura del aire, lo que sugiere que contribuye a mantener una temperatura corporal óptima.
“Aunque este proceso era ya conocido (bubbling behaviour) y estaba asociado con el procesamiento del alimento, su importancia en la regulación de la temperatura corporal de la mosca no se había demostrado todavía, pese a que se había sugerido. Por ello, realizamos experimentos comportamentales, bioquímicos, morfológicos y fisiológicos para demostrar de manera inequívoca su relevancia en la regulación de la temperatura corporal de las moscas”, detalla Gomes.
Sin embargo, este comportamiento no se observó cuando las moscas estaban muy activas, lo que puede ser, según los científicos, porque sus músculos necesitan estar calientes para poder volar. También se descubrió que este comportamiento no era efectivo en ambientes húmedos ya que la humedad en el aire evitaba que la gota se evaporara.
Los autores plantean la hipótesis de que otros insectos pueden regular su temperatura corporal de manera similar, aunque esto solo sería eficaz en animales pequeños, debido a la necesidad de producir una gota de saliva lo suficientemente grande en relación al tamaño corporal.
“La gran mayoría de los animales terrestres utiliza el enfriamiento evaporativo para bajar la temperatura corporal, aunque la forma en que los diferentes animales lo promueven es bastante variable. Por ejemplo, nosotros y los caballos transpiramos, los gatos y otros mamíferos salivan y lamen… Creo que la conclusión más relevante de nuestro estudio ha sido documentar esta nueva forma de enfriamiento evaporativo”, concluyen.
Fuente: noticiasdelaciencia.com