Científicos han descubierto por primera vez microplásticos en el tejido vascular, lo que sugiere que pueden pasar al tejido humano a través de los vasos sanguíneos
Un equipo de la Universidad de Hull y la Facultad de Medicina de Hull York, en Reino Unido, en colaboración con investigadores del Hull University Teaching Hospitals NHS Trust, ha analizado en un pequeño estudio piloto tejido de vena safena humana tomado de pacientes sometidos a cirugía de bypass coronario.
Las venas safenas son vasos sanguíneos de las piernas que ayudan a enviar la sangre desde las piernas y los pies hasta el corazón. Las venas están formadas por tres capas de tejido y se utilizan mucho en las intervenciones de bypass coronario, cuyo objetivo es desviar la sangre de las arterias coronarias estrechadas u obstruidas para restablecer el suministro de sangre al corazón en pacientes con cardiopatías coronarias.
Pero en torno al 40-50% de las intervenciones de CABG acaban fracasando al cabo de 10 años debido a diversos factores, que no siempre están claros.
Hasta ahora, ningún estudio había analizado si los microplásticos pueden infiltrarse o atravesar cualquier barrera biológica, incluidos los vasos sanguíneos, ni había examinado la posible relación entre la exposición ambiental a los microplásticos y los resultados del bypass.
En su estudio, que acaban de publicar en PLOS ONE, los científicos hallaron 15 partículas de microplásticos por gramo de tejido venoso.
«Nos sorprendió encontrarlas», afirma la profesora Jeanette Rotchell, toxicóloga ambiental de la Universidad de Hull que dirigió la investigación. «Ya sabemos que los microplásticos están en la sangre, por un estudio realizado por colegas holandeses el año pasado. Pero no estaba claro si podían atravesar los vasos sanguíneos y llegar al tejido vascular, y este trabajo sugiere que pueden hacerlo».
«Aunque todavía no sabemos qué implicaciones tiene esto para la salud humana, lo que sí podemos afirmar es que, según los estudios realizados con células cultivadas en placas, provocan inflamación y respuestas de estrés«, añade Rotchell
Los niveles de microplásticos observados eran similares o superiores a los registrados en los tejidos de colon y pulmón.
Sin embargo, aunque los rangos de tamaño son similares, las características de forma y los tipos de polímeros difieren de otros tipos de tejidos humanos analizados hasta la fecha.
En palabras de Rotchell, «esto contrasta con anteriores muestras de tejido humano en las que descubrimos que los tipos de polímeros más abundantes eran diferentes. Estos primeros análisis de tejidos humanos sugieren que la distribución de los tipos predominantes de microplásticos puede ser específica de cada tejido».
Los investigadores encontraron 5 tipos de polímeros diferentes en el tejido. Entre los más destacados estaban:
- Resina alquídica: se encuentra en pinturas sintéticas, barnices y esmaltes utilizados para revestimientos de muebles y arquitectónicos, acabados de productos, revestimientos especiales e imprimaciones para el repintado de automóviles, entre otros.
- Acetato de polivinilo (PVAC): adhesivo utilizado en envases alimentarios, cajas y bolsas de transporte y aglutinantes para papel, plásticos y láminas. Es uno de los principales ingredientes de la cola para madera, pero recientemente se ha utilizado en biomedicina para la administración de ADN y fármacos.
- Nylon y EVOH-EVA: se utilizan para unir polímeros plásticos para crear materiales de envasado flexibles, con mezclas optimizadas para mejorar sus características, como ayudar a evitar la intrusión de humedad o las cualidades de tracción. Las aplicaciones incluyen muchos usos, desde el envasado de alimentos y la laminación hasta el revestimiento multicapa de tuberías, alambres y cables.
Según la profesora Rotchell, «la caracterización de los tipos y niveles de microplásticos puede servir ahora de base a experimentos para determinar las repercusiones en la salud vascular, incluida cualquier posible relación entre la exposición ambiental a microplásticos y los resultados del bypass».
El profesor Mahmoud Loubani, coautor del estudio y catedrático honorario de Cirugía Cardiotorácica, señala que «el fracaso de los injertos de vena safena es un problema clásico tras la cirugía de revascularización coronaria. Se trata de un tratamiento eficaz, pero su longevidad se ve limitada por el deterioro de la permeabilidad de las venas. La presencia de estos microplásticos en las venas puede contribuir a dañar el interior de la vena y provocar su obstrucción con el paso del tiempo. Tenemos que determinar si existe alguna correlación y encontrar formas de eliminar los microplásticos».
Fuente: residuosprofesional.com