Un grupo de investigadores franceses anunció en julio el descubrimiento de microbios fosilizados de 3220 millones de años en las montañas de Barberton Makhonjwa, en el este de Sudáfrica; un hallazgo que a su juicio era el más antiguo del mundo.
Sin embargo, esta hipótesis ha sido rechazada el jueves por un equipo internacional de científicos que presentó en una conferencia en Boston (EE.UU.) evidencias de que la vida ya existía en la Tierra 3470 millones de años atrás basándose en unos descubrimientos hechos cerca del monte Ada, en el oeste de Australia.
Allí, en una roca sedimentaria (un ‘chert’), el equipo encontró en 2013 unas “biosignaturas orgánicas” cuyo entorno mineral indicaba que sedimentaron “en un ambiente de lecho marino influenciado con fluidos hidrotermales”.
El profesor francés Julien Alleon, líder del estudio, especificó en un comunicado recogido por el portal especializado EurekAlert! que las temperaturas a las que estuvieron expuestos estos restos fósiles llegaron a los 300 ºC durante largo tiempo, lo quedó evidenciado en su estructura molecular.
Los científicos han confirmado que los microfósiles de 3400 millones de años tenían características químicas similares a las bacterias modernas. El equipo cree que los restos pertenecen a organismos procariotas, es decir bacterias sin núcleo celular. Todo esto confirma su origen biológico y los ubica entre los microfósiles más antiguos del mundo.
Pese a ello, el experto en geoquímica admitió que existen otros hallazgos fosilizados que compiten por ser reconocidos como los más antiguos del mundo. En su opinión, la estrategia analítica realizada por su equipo “debe aplicarse a otras muestras antiguas para ayudar a resolver la controversia”.
Alleon señala también que, más allá de estos fósiles australianos, hay algunas evidencias que apuntan que la vida se desarrolló en nuestro planeta mucho antes, hace aproximadamente 4100 millones de años.
Fuente: hispantv.com