Expertos de la Universidad de Fudan en colaboración con el Instituto de Arqueología de la provincia de Shaanxi han logrado un avance sin precedentes en el campo de la arqueología científica. Por primera vez, se ha recuperado la apariencia de un antiguo emperador chino utilizando métodos tecnológicos de vanguardia.
El emperador Wu, quien gobernó entre los años 543 y 578 d.C., fue enterrado en el Mausoleo de Xiaoling en la actual Xi’an. Se cree que su temprana muerte a los 35 años fue causada por el envenenamiento gradual debido a la ingesta de elixires alquímicos de la inmortalidad, una práctica común entre los monarcas chinos de la época.
La reconstrucción del rostro del emperador se vio facilitada por el descubrimiento de su cráneo durante una excavación realizada entre 1994 y 1995. Esto permitió a los investigadores obtener datos genómicos de alta calidad que fueron fundamentales para el proceso de reconstrucción facial.
El equipo liderado por Wen Shaoqing de la Universidad de Fudan logró recuperar alrededor de un millón de puntos genéticos del ADN del emperador, lo que les permitió reconstruir su aspecto después de seis años de trabajo minucioso.
El resultado reveló características sorprendentes, como el cabello negro, la piel amarilla y los ojos marrones del emperador Wu. Estos rasgos difieren de las representaciones artísticas tradicionales de las personas de la etnia xianbei, que suelen tener pelo rubio y facciones más prominentes. Además, la imagen obtenida difiere de las representaciones posteriores del emperador, que lo muestran de manera más robusta y opulenta.
La investigación sugiere que el emperador Wu tenía ancestros de personas del norte de China de etnia han, lo que indica un proceso de integración multiétnica en esa época.
Fuente: reportediario.cl