Ese último mensaje del trabajo que te dejó con mucho estrés probablemente hará que duermas menos durante la noche. De manera similar, la noche previa a un evento importante que te tiene nervioso podría hacer que no descanses. La evidencia científica es contundente: el estrés incrementa los periodos de vigilia y se asocia con problemas corporales como ansiedad, hipertensión y deterioro cognitivo.
Hasta ahora, no estaba claro cómo y en qué parte del cerebro ocurre ese “corto circuito” que convierte el estrés en trastornos del sueño. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista Journal of Neuroscience ha identificado el mecanismo neuronal que regula los efectos de la presión psicológica y la capacidad de descansar. Resolver el enigma es fundamental para desarrollar tratamientos que mejoren las noches de las personas ansiosas y estresadas.
Un estudio de Corea del Sur encontró que trabajadores con jornadas de trabajo exhaustivas tenían cerebros con mayor volumen.
Investigadores liderados por la neurocientífica Shinjae Chung, de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, consiguieron activar neuronas en el núcleo paraventricular (NPV, por su nombre en inglés) en el hipotálamo de ratones machos. La estimulación de esta región celular provocó que los animales tuvieran problemas para dormir y rindieran menos en las pruebas de memoria. De manera contraria, cuando se inhibió artificialmente la actividad neuronal en este circuito, los ratones lograron dormir mejor y su memoria mejoró.
La delicada región del hipotálamo
Previas investigaciones ya habían explorado la relación entre las células del hipotálamo y las áreas cerebrales que regulan el sueño. Gracias a ellas, hoy se conoce que las neuronas del NPV liberan corticotropina, una hormona que estimula a otras glándulas suprarrenales que, a su vez, secretan cortisol, la denominada “hormona del estrés”. El mecanismo es clave para explicar la respuesta corporal ante situaciones de correr/atacar.
El trabajo del equipo de Chung profundizó en la vía neuronal que hace que un día estresante se convierta en una mala noche de sueño. Su investigación confirma que el estrés activa las células en el hipotálamo lateral, pero han encontrado que son las neuronas situadas en el “camino” entre el NPV y el hipotálamo lateral (dos regiones distintas) las que regulan los déficits de memoria y sueño. Cuando inhibieron esta región intermedia en los ratones estresados, eliminaron los efectos perjudiciales del estrés en sus cuerpos.
El sueño sincroniza nuestra vida, pero la modernidad lo dificulta, a tal grado que usar el teléfono antes de dormir, reduce el sueño hasta 50 minutos por semana. Estos son algunos remedios para dormir mejor.
La región del hipotálamo es esencial en el cerebro. Aunque es diminuta en comparación a otras áreas, actúa como el centro de integración entre el sistema nervioso y el endocrino. Recibe información del entorno a través de los sentidos y con ello sintetiza hormonas que desencadenan respuestas en el cuerpo. Dentro del hipotálamo hay núcleos especializados que controlan la temperatura, el apetito, la sed, el sistema límbico y el ciclo circadiano (los ciclos de vigilia-sueño).
El estrés disminuye el sueño y ello se convierte en un ciclo perjudicial: al dormir poco o mal, el cuerpo no se recupera adecuadamente, lo que a su vez puede aumentar la percepción del estrés y agravar problemas de memoria, concentración y bienestar emocional. Los tratamientos del futuro deberán tomar en cuenta la vía intermedia entre el núcleo paraventricular y el hipotálamo lateral.
Fuente: msn.com