Los dos exoplanetas fueron descubiertos gracias a las observaciones del telescopio TESS de la NASA
Los científicos encontraron y confirmaron la existencia de dos exoplanetas rocosos en una órbita cercana a la estrella enana roja, situada a solo 105 años luz. Una de las supertierras puede abarcar al menos un mundo habitable.
Los dos exoplanetas fueron descubiertos gracias a las observaciones del telescopio TESS de la NASA para la búsqueda de exoplanetas. El primer exoplaneta LP 890-9b tiene aproximadamente 1,32 veces el diámetro de la Tierra y hasta 13 veces su masa. Orbita su estrella en 2,7 días. Otro exoplaneta de este sistema, el LP 890-9c, se encuentra un poco más lejos de la estrella y tiene aproximadamente 1,37 veces el diámetro de la Tierra y hasta 25 veces su masa.
Los exoplanetas pueden clasificarse como supertierras, mundos rocosos más grandes que la Tierra y más pequeños que Neptuno, detallaron los científicos.
El segundo exoplaneta, el LP 890-9c, se encuentra en la así llamada zona habitable de su estrella LP 890-9. Se trata de una zona no demasiado cerca y no demasiado lejos en la vecindad orbital de cada estrella en la que el agua líquida podría existir en una superficie planetaria y por ende, podría existir la vida tal como la conocemos.
Según los investigadores, después del sistema TRAPPIST, es el segundo mundo potencialmente habitable más prometedor. Al mismo tiempo, advirtieron que la posición conveniente de un exoplaneta no significa un mundo habitable.
«No debemos adelantarnos. Estar en el lugar adecuado no garantiza una playa de palmeras», afirma el astrónomo Robert Wells, de la Universidad de Berna (Alemania).
También agregó que nuestro planeta «vecino Venus, que es una olla a presión rica en dióxido de carbono, a casi 500 grados Celsius, también está cerca de esta llamada zona habitable alrededor del Sol».
Los científicos tendrán que realizar más observaciones para determinar con más detalle su naturaleza, pero el descubrimiento sugiere que puede haber más mundos de este tipo esperando a ser descubiertos en la vecindad solar.
«Es importante detectar el mayor número posible de mundos terrestres templados para estudiar la diversidad de los climas de los exoplanetas y, con el tiempo, estar en condiciones de medir la frecuencia con que surgió la biología en el Cosmos», afirmó el astrónomo Amaury Triaud, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
Incluso si el exoplaneta no es habitable, los mundos en la zona descubierta son relativamente raros, especialmente los rocosos. Por ello, de todos modos, el descubrimiento es un dato importante para caracterizar la población de estos exoplanetas.
La investigación se publicó en Astronomy & Astrophysics.
Fuente: elciudadano.com