Una nueva investigación del laboratorio del científico del cáncer Tak Mak, famoso por la clonación del receptor humano de células T, ha demostrado que las células inmunitarias producen químicos en el cerebro para combatir las infecciones, según se informa en un artículo publicado en la edición digital de la revista ‘Science’.
Los primeros hallazgos sobre esta función resuelven un enigma que los científicos han reflexionado durante más de un siglo, según el investigador principal, el doctor Mak, director del Instituto de la Familia Campbell para la Investigación del Cáncer de Mama en la Centro de Cáncer Princesa Margaret de la Red Universitaria de Salud, en Canadá. También es profesor en los Departamentos de Biofísica e Inmunología Médicas de la Universidad de Toronto y profesor titular en el Departamento de Patología de la Universidad de Hong Kong.
Durante la infección, las células T del sistema inmunitario sintetizan acetilcolina, explica Mak. En el cerebro, la acetilcolina funciona como un neurotransmisor y controla el aprendizaje y la memoria. En el sistema inmunológico, las células T que producen este químico cerebral clásico pueden saltar fuera de la circulación sanguínea y actuar en los tejidos para combatir infecciones.
La primera autora, Maureen Cox, resume los hallazgos del estudio de esta manera: «El neurotransmisor acetilcolina es producido por las células T durante la infección viral para facilitar su entrada en los tejidos bajo ataque, donde estas células luego matan a las células infectadas por el virus». «Ahora tenemos pruebas genéticas absolutas de que las células inmunitarias necesitan este químico cerebral –agrega Mak–. Sin embargo, creemos que es una lente completamente nueva para observar numerosas enfermedades como el cáncer, las infecciones virales y las enfermedades autoinmunes».
Reducir la señalización del neurotransmisor para frenar enfermedades autoinmunes
El descubrimiento se realizó cuando el equipo de laboratorio diseñó genéticamente un ratón que carecía de la capacidad para producir el neurotransmisor en las células T y observó que las células inmunitarias no podían controlar las infecciones crónicas por virus en su ausencia.
Con respecto a los cánceres, un tumor suele estar rodeado de células inmunitarias que no pueden atravesar sus defensas, quizás porque las células inmunitarias no producen cantidades suficientes de acetilcolina. En este caso, las estrategias para aumentar la producción de neurotransmisores inmunes pueden ser beneficiosas.
La otra cara está en juego en las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, donde las células T autoinmunes atacan los tejidos propios. En este caso, una reducción en la señalización del neurotransmisor puede sofocar las hordas de células inmunitarias que invaden las articulaciones o el sistema nervioso central.
La investigación se basa en los hallazgos de un estudio de 2011 también publicado en ‘Science’ en el que participó el doctor Mak. Ese estudio demostró por primera vez que las células inmunes pueden producir acetilcolina. Mak dice que el próximo objetivo de la investigación es identificar y dirigirse a los receptores clave que facilitan la interferencia entre las células inmunes y los órganos enfermos.
Fuente: infosalus.com