Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Monash (Australia) ha desafiado la teoría convencional sobre el origen de las pepitas de oro, sugiriendo que los terremotos desempeñan un papel crucial en su formación.
El informe, publicado recientemente en la revista Nature Geoscience, revela que el cuarzo, un mineral comúnmente asociado con estas pepitas, puede generar electricidad bajo condiciones de estrés mecánico, lo que permite la deposición de oro a partir de soluciones acuosas.
Tradicionalmente, se creía que el oro se acumulaba en vetas de cuarzo a medida que los fluidos calientes, ricos en metales, pasaban por la corteza terrestre. Sin embargo, esta explicación no logra explicar la aparición de grandes pepitas de oro, cuya concentración en estos fluidos es extremadamente baja.
Los investigadores llevaron a cabo experimentos en laboratorio que simularon condiciones sísmicas, demostrando que el cuarzo, cuando es sometido a tensión, puede depositar oro electroquímicamente en su superficie.
Este proceso no solo favorece la acumulación de oro existente, sino que también permite que las nanopartículas de oro se unan a los granos de metal preexistentes, facilitando la formación de grandes depósitos.
“Los resultados fueron sorprendentes”, comenta Andy Tomkins, coautor del estudio. “El cuarzo actúa como un generador eléctrico, lo que provoca que el oro precipite de la solución en puntos específicos, especialmente cerca de otros granos de oro”.
Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la geología y la minería del oro, sugiriendo que los fenómenos naturales pueden ser responsables de la formación de grandes acumulaciones de este metal precioso en la Tierra.
Aunque la investigación también ha llevado a la posibilidad de replicar este proceso en un entorno de laboratorio, los autores aclaran que no se trata de crear oro de la nada, sino de moverlo de una solución a una superficie sólida.
Este innovador enfoque plantea interrogantes sobre cómo la actividad sísmica ha influido en la geología terrestre a lo largo de la historia y subraya la importancia de entender los mecanismos naturales que dan forma a nuestro planeta.
Fuente: eltiempo.es