Cuando vivimos una nueva experiencia, el recuerdo de ese suceso queda almacenado en un circuito neuronal que conecta varias partes del hipocampo y otras estructuras cerebrales. Cada conjunto de neuronas puede llegar a almacenar diferentes aspectos del recuerdo, como la ubicación donde ocurrió el suceso o las emociones asociadas a él.
El hipocampo está dividido en varias regiones con diferentes funciones relacionadas con la memoria, la mayoría de las cuales han sido bien exploradas. Una que apenas había sido estudiada es la que se conoce como subículo.
El equipo internacional de Susumu Tonegawa, Dheeraj Roy y Takashi Kitamura, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, se decidió a investigar esta región usando ratones que fueron modificados genéticamente de manera que las neuronas de su subículo pudieran ser activadas o apagadas usando luz.
Los neurocientíficos que estudian la memoria han creído desde hace mucho que cuando rememoramos recuerdos como lo que hemos puesto de ejemplo al principio del artículo, nuestro cerebro activa el mismo circuito del hipocampo que estaba activado cuando se formó originalmente el recuerdo. Sin embargo, Tonegawa y sus colegas han mostrado ahora, por vez primera, que evocar un recuerdo precisa un circuito de “desvío” que se ramifica a partir del circuito de memoria original.
Este circuito de evocación de recuerdos jamás había sido visto con anterioridad en un animal vertebrado, aunque en un estudio publicado el año pasado se halló uno similar en el gusano Caenorhabditis elegans.
Fuente: noticiasdelaciencia.com