Icono del sitio

Desarrollan tecnología para detectar genes de resistencia a antibióticos en aguas residuales del Gran Concepción

La resistencia a antibióticos presente en aguas residuales es una manifestación de las principales dificultades de la medicina moderna. La automedicación es una de las razones que obliga a la ciencia a buscar nuevos tratamientos, encontrando caminos “menos conocidos” por las bacterias para poder atacarlas.

Un foco clave para atacar este problema está en las plantas de tratamiento de aguas servidas, lugar donde llegan los residuos de toda la ciudad. Esta es la premisa de una investigación de la Universidad de Concepción, que propone una solución para la resistencia a antibióticos en aguas residuales en el Gran Concepción.

El proyecto, denominado “Desarrollo de una herramienta biotecnológica para la detección rápida de genes de resistencia contaminantes de aguas servidas”, es liderado por el académico de la Facultad de Ciencias Biológicas UdeC, Dr. Andrés Opazo Capurro, y se perfila como una alternativa viable y económica para combatir la resistencia antibiótica.

“Nuestra investigación se enfocó en la pesquisa de bacterias resistentes a antibióticos presentes en aguas residuales del Gran Concepción. En ese sentido, el uso de aguas residuales se ha propuesto en el último tiempo, como un excelente sustrato para hacer estudios epidemiológicos de diversos tipos, como, por ejemplo, en el estudio de la diseminación de bacterias resistentes”, explicó el Dr. Opazo.

Relató que la ventaja es que estas aguas reflejan de manera bastante eficiente lo que ocurre con una población determinada, sin la necesidad de obtener muestras biológicas directamente desde las personas.

“En este contexto, la contaminación por genes de resistencia a antibióticos en aguas residuales no se encuentra normado por nuestra regulación nacional, por lo que se consideran como contaminantes emergentes. El riesgo es que si se liberan al entorno, estos genes podrían ser potencialmente capturados por bacterias presentes en el ambiente, lo que genera el riesgo de la diseminación de la resistencia a antibióticos”, detalló.

Este riesgo de diseminación ambiental no se limita solo a las aguas servidas. De hecho, la preocupación por estos ‘contaminantes emergentes’ es una línea de investigación que no es nueva en la UdeC, donde otro estudio ha revelado que los microplásticos también actúan como un importante vector. En una investigación pionera, científicos hallaron genes de resistencia a antibióticos en la superficie de plásticos de un antiguo vertedero en el humedal Rocuant-Andalién, demostrando que el problema tiene múltiples focos de contaminación.

Tecnología de bajo costo

A diferencia de otras metodologías, esta tecnología no requiere equipamiento costoso ni personal altamente entrenado, por lo que podría utilizarse directamente en terreno para medir los genes de resistencia en el agua.

En ese contexto, el Dr. Opazo resaltó que actualmente los genes de resistencia no son considerados contaminantes por la regulación vigente. «Tienen el estatus de contaminantes emergentes, por lo que las empresas sanitarias no incumplen ninguna normativa», explicó.

Lo anterior abre una oportunidad para demostrar la relevancia de detectar esta contaminación invisible. Con esta herramienta, las agencias medioambientales podrían fiscalizar mejor y, a futuro, impulsar leyes que exijan a las sanitarias eliminar estos peligrosos genes, protegiendo así los ecosistemas acuáticos.

Actualmente, esta herramienta se encuentra en las pruebas de validación a nivel de laboratorio, en donde los próximos desafíos son generar el prototipo correspondiente, para luego escalar a las pruebas en un entorno real, como las plantas de tratamiento, y así poder salir del laboratorio.

El proyecto es financiado por Fondef IDeA, en el cual participa como co-director el Dr. Ricardo Fuentes Pardo, del Departamento de Biología Celular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción. Además, participaron la Dra. Claudia Torres Bustos y el Dr. Gerardo González Rocha como investigadores adjuntos, ambos del Laboratorio de Investigación en Agentes Antibacterianos de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UdeC, al igual que el Bioquímico Cristóbal Aguayo y la Tecnóloga Médica Valeria Candia, quienes participaron como profesionales de apoyo.

Fuente: tvu.cl

Salir de la versión móvil