La sonda Rosetta completó el pasado 30 de septiembre una aventura espacial histórica. Ese día, el mundo estuvo atento a cómo la nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) acababa sus días sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, poniendo punto y final a la primera misión que ha logrado aterrizar en un cometa. (Así te lo contamos en directo). Durante su viaje de diez años, Rosetta ha obtenido importantes datos que permitirán profundizar en los orígenes de la vida y del Sistema Solar, información sobre la que los científicos siguen trabajando.
Los astrónomos de la Universidad de Western (Ontario, Canadá) forman parte de este grupo deseoso de saber más acerca del cometa y creen haber desvelado un detalle fundamental de su «biografía». Utilizando análisis estadísticos y computación científica, han trazado un camino que muy probablemente señala los orígenes mismos de este cuerpo de hielo celeste, algo vital para descubrir de qué tipo de material está hecho y cuánto tiempo ha estado presente en nuestro sistema solar.
Mattia Galiazzo, del Departamento de Física y Astronomía de Western, ha presentado estas conclusiones en la reunión anual de la División de Ciencias planetarias (DPS) de la Sociedad Astronómica Americana (AAS) y del Congreso Europeo de Ciencia Planetaria (EPSC) que se celebra estos días en Pasadena, California.
«Estos resultados provienen de los cálculos de la órbita del cometa desde el presente hacia el pasado, que es computacionalmente difícil debido al caos de la órbita causado por los encuentros cercanos con Júpiter», dice Galiazzo. «Por lo tanto, los detalles no están claros, pero podemos establecer una vía dinámica de su órbita actual de nuevo al cinturón de Kuiper».
Del cinturón de Kuiper
Los investigadores creen que 67P / Churyumov-Gerasimenko es relativamente nuevo en las partes internas de nuestro sistema solar, adonde llegó hace apenas unos 10 mil años. Antes de este tiempo, el cometa habría estado inactivo congelado lejos del Sol.
Estudios previos muestran que los cometas similares -conocidos como cometas de la familia Júpiter- históricamente permanecen en las partes internas de nuestro sistema solar durante 12 mil años, por lo que reconocer al cometa 67P como un miembro de la familia Júpiter tiene sentido.
La mayoría de los cometas de la familia Júpiter provienen del cinturón de Kuiper, una acumulación en forma de anillo de cometas, asteroides y otros cuerpos espaciales en el sistema solar más allá de los planetas conocidos. Y el equipo cree que este también es el caso de 67P.
El análisis muestra que, durante su trayectoria, el cometa probablemente pasó millones de años en el disco de dispersión, una parte distante del cinturón de Kuiper, alrededor de dos veces la distancia de Neptuno, el planeta más distante del sistema solar. Este origen lejano del cometa de Rosetta implica que se esté hecho del material primordial, es decir, de los minerales que existían en su forma actual desde antes de que se formara la Tierra.
Fuente: ABC