La gran mayoría de estos viajeros espaciales se encuentran en el cinturón de asteroides, a unos 400 millones de kilómetros del Sol
El espacio está lleno de enigmas que desvelan a la ciencia. Estrellas, supernovas, lunas y planetas, cuyas propiedades guardan los secretos del origen del universo. Uno de los habitantes más famosos y más numerosos en el espacio son los asteroides.
Protagonistas del cine catástrofe, los asteroides son restos rocosos y sin aire que perduran desde la formación del sistema solar, hace 4.600 millones de años. Giran en órbita alrededor del Sol, al igual que los planetas.
Pero son muchísimos más. Según datos de la NASA, hay más de un millón de asteroides en nuestro vecindario. Concretamente 1.097.148, y la gran mayoría se encuentra en el llamado cinturón principal de asteroides, ubicado entre Marte y Júpiter.
Al principio de la historia del Sistema Solar, la gravedad de Júpiter recién formado puso fin a la formación de cuerpos planetarios en esta región y provocó que los cuerpos pequeños chocaran entre sí, fragmentándolos en los asteroides que observamos hoy, explica la NASA.
El cinturón principal es el lugar más poblado. Aunque también hay asteroides que comparten la órbita con un planeta más grande, pero sin chocar con él. Se los conoce como Troyanos. Allí, la atracción gravitacional del Sol y el planeta se equilibra con la tendencia del troyano a volar fuera de órbita.
El gran Júpiter es el planeta que tiene más troyanos a su alrededor y se cree que hay tanta cantidad como en el cinturón de asteroides. También hay troyanos de Marte y Neptuno, y en 2021 la NASA descubrió un troyano alrededor de nuestro planeta.
Los asteroides cercanos a la Tierra (Near Earth Objects, NEO) es otra categoría de asteroide. Son los que tienen órbitas que pasan cerca de nuestro planeta. A los que se cruzan en nuestra trayectoria se los conoce como cruzadores de la Tierra.
Variedad de tamaños, formas y colores
Hay asteroides de muchos tamaños. Vesta es uno de los más grandes, con 530 km de diámetro, es casi completamente esférico y tiene corteza, manto y núcleo. Está en el cinturón de asteroides, a unos 400 millones de kilómetros del Sol.
Otros son mucho más pequeños, de apenas 10 metros de ancho. Tienen formas irregulares, similares a dentadas, con cráteres y hoyos.
“Se sabe que más de 150 asteroides tienen una pequeña luna compañera (algunos tienen dos). También hay asteroides binarios, en los que dos cuerpos rocosos de tamaño similar se orbitan entre sí, así como sistemas de asteroides triples”, dice la NASA.
Aunque son muchos, y de tamaños diversos, la masa total de todos los asteroides juntos no alcanzaría a igualar la de nuestra Luna.
Según su composición, los asteroides se clasifican en tres tipos.
- Tipo C: son los más comunes. Son oscuros y están compuestos de rocas de arcilla y silicato. Se encuentran entre los objetos más antiguos del sistema solar.
- Tipos S: («pedregosos») compuestos mayormente de silicato y níquel-hierro.
- Tipos M: son metálicos (níquel-hierro).
La composición se vincula con cuán lejos del Sol se formaron. Algunos experimentaron altísimas temperaturas después de formarse y se derritieron parcialmente.
Varias misiones de la NASA han volado para observarlos e incluso tomar muestras de su superficie. En 2001, la nave NEAR Shoemaker aterrizó en Eros, un asteroide cercano a la Tierra. Diez años después, la nave espacial Dawn viajó al cinturón de asteroides para orbitar y observar a Vesta.
En 2016, la nave OSIRIS-REx estudió el asteroide cercano de la Tierra llamado Bennu, y logró recoger muestras de polvo y rocas de su superficie, que revelaron alto contenido de carbono y agua, componentes básicos de la vida en la Tierra.
En septiembre de 2022 llegó un evento histórico para la humanidad. La misión DART fue la primera prueba de “defensa planetaria” en la que la NASA logró impactar contra el asteroide Dimorphos, fragmentarlo en pedazos y desviar así su trayectoria .
“Todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos”, dijo entonces el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Fuente: tiempo.com