El nuevo polímero similar al ámbar puede almacenar ADN a temperatura ambiente al tiempo que protege las moléculas del daño causado por el calor o el agua.
«La congelación del ADN es la forma número uno de preservarlo, pero es muy cara y no es escalable», dice en un comunicado James Banal, ex investigador postdoctoral del MIT.»Creo que nuestro nuevo método de conservación va a ser una tecnología que puede impulsar el futuro del almacenamiento de información digital en ADN», añadió el autor principal del estudio, publicado en el Journal of the American Chemical Society.
En 2021, Banal y su asesor de posdoctorado, Mark Bathe, profesor de ingeniería biológica del MIT, desarrollaron una forma de almacenar ADN en partículas de sílice, que podrían etiquetarse con etiquetas que revelaran el contenido de las partículas. Ese trabajo dio lugar a una empresa derivada llamada Cache DNA.
«Con estos termoestables deconstruibles, dependiendo de los enlaces escindibles que les pongamos, podemos elegir cómo queremos degradarlos», dice Johnson. Para ello, identificaron una combinación de tres monómeros que podían convertir en polímeros que disuelven el ADN al ayudarlo a interactuar con el estireno. Cada uno de los monómeros tiene diferentes características que cooperan para sacar el ADN del agua y llevarlo al estireno. Allí, el ADN forma complejos esféricos, con ADN cargado en el centro y grupos hidrófobos que forman una capa exterior que interactúa con el estireno.
Fuente: headtopics.com