Según confesó, la alarma que emitía la máquina le molestaba. Una demanda exige 1 millón de dólares de reparación
Un instituto de Nueva York busca 1 millón de dólares como reparación luego de que un conserje desactivó un congelador que albergaba 20 años de investigación científica.
El Rensselaer Polytechnic Institute (RPI) ha demandado a Daigle Cleaning, compañía que empleaba a Joseph Herrington, protagonista del incidente.
Error que costó millones
El conserje desactivó un congelador que tenía “20 años de cultivos de células, muestras y otra investigación” porque consideró una alarma que emitía como “molestosa”, indica NBC.
La demanda explica que el equipo de investigadores del instituto notó el 14 de septiembre de 2020 que el congelador emitía una alarma, mostrando un cambio de temperatura, lo que podía poner en peligro las muestras.
La reparación necesaria solo podría realizarse una semana luego, debido a restricciones por la pandemia de la COVID-19. El equipo concluyó que sus cultivos estarían a salvo hasta la fecha del arreglo.
Para prevenir accidentes, el equipo instaló una caja de seguridad en el enchufe del congelador y colocó una nota.
“Este congelador emite una alarma ya que está en proceso de reparación. Por favor no lo muevan ni desenchufen. No se requiere limpieza en esta área. Puedes presionar el botón alarma/prueba por 5 a 10 segundos si quisieran silenciar la alarma”.
El conserje ajustó las llaves de electricidad al sentirse “fastidiado” por la alarma, creyendo que el congelador requería energía, cuando en verdad terminó apagándolo y dañando las muestras.
«(El conserje) entendió que no tenía autoridad para mirar dentro del panel o tocar los interruptores, pero afirmó nuevamente que estaba tratando de ayudar», indica el informe del incidente.
Al día siguiente, los estudiantes de investigación descubrieron que la temperatura del congelador había aumentado a menos 25,6 grados. A pesar de los esfuerzos por preservar las culturas «comprometidas», la mayoría de ellas fueron destruidas y se volvieron «irreparables», lo que efectivamente «demolió más de veinte años de investigación», según la demanda.
“El compartimiento y negligencia de unas personas causó esto. Lamentablemente, borraron 25 años de investigación”, indicó el abogado de RPI, Michael Ginsberg, a Times Union.
El instituto responsabiliza a la empresa que subcontrató para la limpieza, al no brindar la capacitación adecuada al conserje respecto a las instalaciones.
«Esta fue una pérdida devastadora para nuestros investigadores», dijo Shirley Ann Jackson, presidenta del Instituto Politécnico Rensselaer. «Estas muestras y datos eran irreemplazables y su pérdida retrasará nuestra investigación durante años».
Fuente: rpp.pe