Durante años los científicos se han preparado para enfrentar una amenaza que por ahora es muy lejana, pero que algún día podría ser real.
Se trata de los asteroides que pasan «cerca» de la Tierra y que podrían chocar contra el planeta.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) deja claro que «no se conoce ningún asteroide que represente un riesgo de impacto en la Tierra en los próximos 100 años».
Hasta ahora, el asteroide más peligroso es el 2009FD, que tiene menos de 0,2% de probabilidades de chocar contra la Tierra en el año 2185.
Los expertos, sin embargo, prefieren ser precavidos y estar listos por si algún día tuvieran que hacer frente a una amenaza real.
Para ello, la NASA, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) preparan lo que será su primera misión de defensa planetaria, que intentará impactar un asteroide para desviar su órbita.
La misión se llama DART, que en inglés significa dardo y en este caso son las iniciales de Prueba de Doble Redirección de Asteroide.
Esta misión histórica está planeada para algún momento entre julio y septiembre de 2022, y el blanco será un asteroide recién bautizado Dimorphos.
Dimorphos significa «dos formas», ya que se sería el primer objeto cósmico que cambie la forma de su órbita debido a la intervención humana.
¿Cómo será el operativo y qué hace a Dimorphos un conejillo de indias perfecto para ensayar esta técnica de defensa planetaria?
Impacto cinético
La misión DART será el primer intento de desviar un objeto espacial mediante lo que los expertos llaman un «impacto cinético».
El operativo consistirá en lanzar la nave DART para que viaje a través del espacio y, deliberadamente, se estrelle contra Dimorphos.
La idea es que el impacto le haga cambiar su trayectoria a Dimorphos, como cuando chocan dos bolas de billar.
«Lo que queremos lograr es cambiar la velocidad del objeto en quizás un centímetro por segundo», explica el astrónomo Andy Rivkin, uno de los líderes de la misión en el portal de DART.
«Eso no es mucho», dice, pero en el caso de la Tierra, eso sería suficiente para desviar su rumbo y evitar el choque.
Entre todas las opciones que se han evaluado, la NASA considera que el impacto cinético es el método «más simple y tecnológicamente más maduro», para defender a la Tierra de los asteroides.
Cómo es la nave DART
El dardo que planea golpear a Dimorphos es una nave de bajo costo que puede viajar a 6,6 km por segundo.
Va equipada con paneles solares que al desplegarse miden 8,5 metros de largo cada uno.
En su interior llevará una cámara que le ayudará a navegar y a identificar su objetivo, así como a elegir el mejor punto de impacto.
La nave también llevará un satélite cúbico que se desprenderá unos días antes del choque e intentará capturar imágenes del momento del impacto entre DART y Dimorphos.
Por qué Dimorphos es el blanco ideal
El asteroide Dimorphos es parte de un sistema binario, porque gira en torno a otro asteroide llamado Didymos, que en griego significa gemelos.
Dimorphos tiene un diámetro de 160 metros y es más pequeño que Didymos, que tiene un diámetro de 780 metros.
La nave DART impactará a Dimorphos casi de frente, acortando en varios minutos el tiempo que tarda este pequeño asteroide en orbitar Didymos.
El plan en 2022 es que tras el impacto, los telescopios desde la Tierra puedan medir las variaciones en el brillo del sistema binario para medir qué tanto cambió la órbita de Dimorphos.
La idea de lanzar dar a DART en el segundo semestre de 2022 es que para esa época el sistema Didymos estará más cerca de la Tierra, a unos 11 millones de kilómetros, lo que permitirá mejores observaciones.
En pocas palabras, Dimorphos será el blanco perfecto para evaluar qué tan efectiva puede ser una nave como DART desviar un objeto respecto a otro.
Defensa planetaria
Los programas de defensa planetaria tienen el objetivo de proteger a la Tierra de la amenaza de objetos cósmicos cercanos, conocidos como NEO, por sus siglas en inglés.
Un asteroide se considera cercano a la Tierra cuando su órbita lo trae a unos 50 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Aunque la gran mayoría de objetos cercanos que entran a la atmósfera de la Tierra se desintegran antes de llegar a la superficie, aquellos objetos que son mayores a unos 30 metros sí podrían causar daños si traspasan la atmósfera.
Según la NASA, se considera a un objeto potencialmente peligroso si orbita a 7,5 millones de kilómetros de la Tierra y tiene más de 140 km de diámetro.
Cada mes, los astrónomos logran detectar varios asteroides de algunos pocos metros de diámetros que pasan entre la Tierra y la Luna.
Cada día la atmósfera terrestre también recibe el impacto de meteroides, que son pequeños fragmentos de asteroides de alrededor de un metro, y que causan las estelas brillantes que se pueden ver en las noches.
Según la NASA, en un promedio de cada 10.000 años, existe la posibilidad de que asteroides mayores de 100 metros puedan impactar sobre la Tierra y causar desastres a nivel local o generar olas que inunden áreas costeras.
Así que por ahora no hay de qué preocuparse, pero es mejor estar preparados.
Fuente: BBC