Aunque parezca curioso, la salud cerebral puede verse alterada de forma positiva o negativa durante las Navidades. A continuación, te explicamos cómo afectan las emociones y los estímulos en la corteza cerebral
La Navidad es una época del año especial y alegre caracterizada por días en familia, celebraciones, comidas, cenas, compras de regalos y propósitos de año nuevo. Es un periodo cargado de emociones y sentimientos tanto positivos como negativos dependiendo siempre de la situación personal de cada persona. Estas sensaciones están justificadas, por todas las luces y adornos navideños, los regalos y el turrón que tienen un efecto sobre el cerebro, a continuación, te explicamos cómo afecta.
¿Sabías que la corteza motora recibe más estímulos en estas fechas? Según un estudio realizado por Anders Hougaard y otros autores, establecen que estas fiestas se relacionan con sentimientos como alegría, nostalgia y recuerdos de la Navidad cuando eras pequeño. Por lo que todo esto afecta a tu estado de ánimo, pero no siempre de forma positiva.
Las compras navideñas y los compromisos sociales hacen que aumente el estrés continuamente. De hecho, seguro que cuando terminan estas fechas, sientes tristeza por la vuelta a la rutina y no quieres que se acaben estas fiestas.
Aunque también genera tristeza, sigue teniendo más estímulos positivos que negativos. No hay Navidad sin regalos y tanto a los pequeños como a los adultos les gusta esta tradición. Por ello, el acto de dar y recibir regalos, con toda la ilusión y cariño, genera dopamina y endorfinas, es decir, las hormonas de la felicidad. De hecho, estar con gente que realmente tienes aprecio y quieres durante estas fiestas también produce sensaciones positivas.
Curiosamente, los excesos asociados a las Navidades también producen bienestar y alegría, aunque eso sí, se aconseja mejor comer y beber con moderación para no tener un efecto negativo en el cuerpo y para no llevarse un susto al subirse a la báscula.
Si no te gusta la Navidad, debes saber que de forma inconsciente es fácil contagiarse de la alegría navideña durante unas semanas. Además, se ha comprobado que, aunque los efectos dependen de cada persona, entre mediados de diciembre y principios de enero, se modifica la actividad cerebral.
Fuente: lasexta.com