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Ciencia para que las prendas de lana no se achiquen al lavarlas

Sacar del lavarropas un pullover u otra prenda de pura lana y encontrarse que su tamaño se ha visto reducido es una sorpresa desagradable con la que nadie quiere encontrarse. Pero ocurre. “La fibra de lana tiene una capa externa o cutícula – conocida como escamas -, que se modifica al entrar en contacto con el agua y bajo la acción de fuerzas mecánicas como ocurre en los procesos de lavado. Se produce una compactación y entrecruzamiento de las fibras y por consiguiente un cambio en las dimensiones de la prenda de lana y en su apariencia”, explica Nelda Olivera, investigadora independiente del CONICET en el Instituto Patagónico Para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC, CONICET-CENPAT), en Argentina.

Las enzimas son proteínas que catalizan reacciones químicas. Para esta investigación, los científicos fueron a la fuente: aislaron enzimas queratinolíticas (es decir que rompen la queratina) producidas por las propias bacterias que están en la lana Merino Patagónica.

“La fibra de lana está compuesta principalmente por queratina. El objetivo de nuestro trabajo es identificar las enzimas provenientes de microorganismos de la región patagónica que degradan la queratina de la lana. Luego, estas enzimas son utilizadas para desarrollar tratamientos para suavizar las escamas de la cutícula y así evitar el encogimiento. En los ensayos identificamos cuáles de esas bacterias producían enzimas que degradaban mejor la cutícula de la fibra y seleccionamos especialmente una para aplicarla en el tratamiento”, comenta Olivera.

A partir de un análisis en la cadena de valor textil lanera, efectuada por Sebastián García del Centro INTI Chubut, se detectó que no existía en el país un proceso biotecnológico que evite el encogimiento de las prendas.

Actualmente, las empresas que necesitan realizar un tratamiento anti-encogimiento exportan la lana para que el proceso se realice en el exterior.

“Estos métodos pulen las escamas de la lana con compuestos clorados y luego se enmascara la fibra con un polímero sintético. Además algunos tratamientos producen efluentes contaminantes. Por eso estos tipos de procesos no son utilizados por los mercados, que demandan productos naturales. Nuestro tratamiento enzimático aplicaría para la demanda del sector comercial que requiere una producción enteramente orgánica, sustentable con el medio ambiente”, explica el becario de Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica (ANPCyT), Martín Iglesias, que forma parte del equipo de trabajo.

“La demanda de un producto de estas características es una necesidad regional, considerando que en la ciudad de Trelew se encuentra el polo textil lanero más grande de Argentina”, concluye Olivera. 

Fuente: CONICET/DICYT

 

 

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