El proceso por el que algunos dinosaurios se convirtieron en aves hace millones de años estuvo acompañado por profundos cambios en la parte superior del cráneo de aquellos reptiles, según un estudio que publica este lunes la revista Nature.
La investigación encabezada por expertos de la Universidad de Yale (EE UU) aporta, además, nuevas pistas sobre cómo evolucionan los cráneos en función de las transformaciones que atraviesan los cerebros, un área inexplorada hasta ahora en este campo. “Durante la transición de dinosaurio a pájaro, el cráneo se transforma enormemente y el cerebro se agranda. Nos sorprendió que nadie hubiese estudiado directamente esta idea”, explicó Bhart-Anjan Singh Bhullar, uno de los autores del estudio.
De acuerdo con este planteamiento, el cerebro anterior (prosencéfalo) y el medio (mesencéfalo) están relacionados o “conectados desde el punto de vista del desarrollo” con los huesos frontales y parietales del cráneo, señaló el experto. Aunque estudios anteriores han abordado la conexión general entre cerebro y cráneo, no estaba claro hasta ahora la existencia de relaciones entre regiones específicas del cerebro y elementos individuales de la parte superior del cráneo. Esta circunstancia, indicaron los científicos de Yale, ha dado lugar a teorías opuestas respecto a los procesos de desarrollo del cráneo.
En este sentido, Bhullar y sus colegas no se limitaron a analizar simplemente la evolución del cerebro y morfología craneal de los dinosaurios más próximos a las aves, sino que abordaron la de todo el linaje implicado en la transición de reptiles a pájaros. Descubrieron que la mayoría de los cerebros y cráneos de reptiles eran marcadamente parecidos entre sí, mientras que los de dinosaurios y aves más próximas desde el punto de vista evolutivo eran diferentes.
“Hallamos una clara relación entre los huesos frontales y el prosencéfalo y entre los huesos parietales y el mesencéfalo”, dijo Bhullar, cuyo equipo analizó para esta investigación con nuevas técnicas de escáner embriones de lagartos, caimanes y aves. Los expertos sugieren que esa relación “se da en todos los vertebrados con cráneos óseos” y apunta a que existe una “profunda conexión de desarrollo” entre el cerebro y el cráneo superior.
“Esto implica que el cerebro produce señales moleculares que obligan al esqueleto a formarse alrededor”, destacó Bhullar, quien reconoció que “conocemos relativamente poco sobre la naturaleza precisa de este patrón”. En último término, concluyó, una de las conclusiones de este estudio es que “la evolución es más simple y más elegante de lo que parece”.
Fuente: EFE