Una bacteria encontrada a más de 300 metros bajo tierra (llamada Paenibacillus), muestra resistencia a los antibióticos usados hoy en día, incluyendo los «de último recurso» como la daptomicina.
Estos microorganismos han estado aislados del mundo exterior durante más de cuatro millones de años dentro de una cueva de Nuevo México. Científicos de las universidades McMaster y de Akron los han examinado.
Los resultados muestran que la bacteria es resistente a 18 antibióticos diferentes y utiliza métodos idénticos de defensa a los de las especies similares encontradas en superficie. Esto sugiere que la presión evolutiva para conservar estos genes de resistencia ha existido durante millones de años, no sólo desde que los antibióticos se utilizaron por primera vez para tratar la enfermedad.
Entre las diferentes maneras en que las bacterias podrían ser resistentes a los antibióticos, los científicos identificaron cinco nuevas vías que eran de posible preocupación clínica. Encontrar estas nuevas vías es particularmente valioso, ya que da a los investigadores tiempo para desarrollar nuevos fármacos para combatir este tipo de resistencia, potencialmente décadas antes de que se convertirá en un problema para los médicos y sus pacientes, según un comunicado de Mc Master.
«La diversidad de resistencia a los antibióticos y su prevalencia en los microbios en todo el mundo debe ser aleccionador para todos los que usan estos medicamentos salvavidas», dijo Gerry Wright, autor del trabajo y director científico del Instituto Michael G. DeGroote de McMaster para la Investigación de Enfermedades Infecciosas .
«Esto refleja el hecho de que debemos entender que el uso de antibióticos y la resistencia van de la mano», explicó. Hazel Barton, profesor y director de Integrative Bioscience en la Universidad de Akron, dijo: «Explorar estos desafiantes y remotos ambientes ofrece una oportunidad única para probar la diversidad genética de microbios no afectados por la actividad humana».
Las bacterias fueron encontradas en la cueva de Lechuguilla, que es una de las más largas del mundo y más profunda en los Estados Unidos. Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El acceso restringido la convierte en un entorno ideal para estudiar cómo los microbios han evolucionado sin ña influencia de la actividad humana.
Aunque el uso de antibióticos revolucionó el tratamiento de las infecciones bacterianas en el siglo XX, el uso excesivo de antibióticos ha llevado a la aparición de resistencia a los antibióticos en las bacterias que causan enfermedades.
Fuente: Agencia Europa Press