Dos astronautas en caminata orbital taparon el sábado una fuga en un detector de rayos cósmicos fuera de la Estación Espacial Internacional, acercándolo un paso más a una nueva vida.
Fue la cuarta caminata espacial desde noviembre para Andrew Morgan, de la NASA, y el italiano Luca Parmitano, en sus trabajos para arreglar el Espectrómetro Magnético Alfa. Instalaron nuevas bombas de refrigerante el mes pasado para revivir el sistema de enfriamiento del instrumento, que se encontraba dañado, y necesitaban comprobar si había alguna fuga en las tuberías.
Parmitano descubrió rápidamente una fuga en una de las ocho tuberías de refrigerante la primera que probó y apretó el conector. “Nuestro día se volvió un poco más difícil” de lo esperado, comentó un especialista en el Control de Misión.
La tubería seguía goteando después de una espera obligatoria de una hora y Parmitano la volvió a apretar. Finalmente, la fuga desapareció. “Tomemos un respiro”, instó el Control de Misión. Para entonces, los astronautas ya estaban a la mitad de su planificada caminata espacial de seis horas.
El Control de Misión reconoció que la filtración agregó algo de “drama” no deseado a la caminata. “El corazón de todos se detuvo”, dijo el especialista de Control de Misión a los astronautas. Parmitano se preguntó en voz alta qué vieron los especialistas de vuelo en Houston cuando estalló la fuga. El astronauta italiano comentó que si se hubiera visto la línea de su ritmo cardíaco, se habría mostrado “ya sea plana o con un pico fuerte, una de los dos”.
A menos que surjan más problemas, el espectrómetro de 2,000 millones de dólares, lanzado a la Estación Espacial en 2011, podría reanudar su búsqueda de las esquivas antimateria y materia oscura la próxima semana, según la NASA.
Fuente: AP