Un equipo de arqueólogos halló en una estrecha galería de una cueva del centro norte de México, herramientas de caza de 1.900 años de antigüedad, informó el miércoles el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
«En una reducida galería de la Cueva del Tesoro, en Cadereyta de Montes, Querétaro, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recuperó uno de los pocos conjuntos de herramientas de caza, de época prehispánica, descubiertos hasta el momento en México. Se trata de un átlatl (lanzadardos) y dos dardos de madera, utilizados en el primer siglo de nuestra era», explicó la entidad en un comunicado.
En abril de 2023, los arqueólogos Carlos Viramontes, Jesús Medina y Ricardo Cruz ascendieron una cañada para llegar a la cueva, que se localiza a 200 metros de altura del fondo y una vez en su entrada, ingresaron 200 metros por un estrecho pasadizo antes de llegar a la galería.
«Dentro de ese ramal subterráneo, con altura promedio de 80 centímetros, los especialistas observaron un átlat (de 51.5 centímetros de longitud), dos dardos fragmentados (de 66 y 79 centímetros) y un par de maderos modificados culturalmente (de 135 y 172 centímetros), los cuales probablemente sean palos para excavar, aunque también debieron emplearse como herramientas multifuncionales», dijeron los científicos en el boletín del INAH.
La sequedad de la cueva permitió la conservación de estas herramientas por casi 2.000 años, como indica el resultado de la datación por radiocarbono hecha a uno de los dardos, en el Laboratorio de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los cuales arrojaron un rango de años de 7 a 132 d.C.
«En 1989, el Centro INAH Querétaro registró elementos, con datación similar, en Mesa de León, sitio cercano a la Cueva del Tesoro, donde ahora recuperamos el átlatl y los dardos, piezas que suman a este rompecabezas para comprender a las sociedades de cazadores-recolectores, cuya presencia en la región se remite a, por lo menos, 9,000 años, y que sobrevivieron dos siglos más a la llegada de los españoles», explicó Viramontes.
En la exploración, el equipo del INAH no encontró otros elementos arqueológicos prehispánicos en la cueva que permitan dar una interpretación del porqué de su presencia en ese lugar.
Fuente: elpais.cr